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Despertamos Nuestra Conciencia: Conciencia Crítica e Intereses Comunes

En cada ciclo ofrecemos ideas clave y herramientas para apoyarte en cualquier etapa del proceso de construcción y fortalecimiento de movimientos. ¿Están empezando o se encuentran en medio del momento de generación de cambios? ¿Qué emerge en su contexto y qué desean hacer? ¿Qué habilidades tienen? ¿Han pensado en los riesgos y la seguridad? Se pueden usar estos ciclos como un marco de referencia para las activistas/constructoras de movimientos, tanto las emergentes como las más experimentadas. Así que empieza a reunir tus herramientas y guárdalas en tu caja de herramientas Nos Movilizamos.

Despertamos conciencia

Despertamos Nuestra Conciencia trata del descubrimiento de nuestro poder interno, de los intereses comunes que compartimos entre nosotras y con otras personas, y del potencial que tenemos juntas para cambiar nuestras vidas, nuestras comunidades y nuestro mundo.

  • Espacio Seguro Crear espacios respetuosos para dialogar y escuchar, en donde podamos hablar nuestra verdad, compartir historias sobre nuestras vidas, cuestionar los tabúes y hacer frente a la vergüenza y los estigmas que nos silencian, y en donde podamos hacer uso de nuestros conocimientos y experiencia.
  • Corazón, Mente, Cuerpo Afirmar nuestra integridad y valor como un acto de amor y resistencia dados los estragos que causan la violencia y la opresión en nuestro espíritu; cuidar de nuestros cuerpos, salud, sexualidad, emociones e inteligencia a fin de fomentar vitalidad y amor en nuestras vidas, organizaciones y comunidades.
  • Lo Personal es Político Conocer y vincular las luchas, el dolor y las dinámicas de poder que enfrentamos en nuestras vidas particulares ante la injusticia en la sociedad en general. Recuperar y reinterpretar nuestras historias colectivas e individuales desde esta nueva perspectiva.
  • Piso Común y Comunidad Identificar el piso común entre nosotras y con otras personas en torno a experiencias, problemas y esperanzas similares, y forjar juntas una causa común.
  • Poder Interno Afirmar el conocimiento transformador y poderoso que surge en nuestro interior de que nuestras vidas son importantes y poseemos valor inherente, ideas y habilidades.
  • Expresión Pública de Opiniones—Libertad de Expresión Expresar opiniones en público, usar el teatro y el arte, escribir y emplear otros medios para describir lo que importa y lo que hemos vivido, superar así el temor a imaginar posibilidades y tomar distintas decisiones en nuestras vidas.
  • “Me parece que siempre hay un vínculo entre el perdón y la compasión: ¿Cómo responsabilizamos a alguien de un delito sin dejar de mantenernos en contacto con su humanidad, lo suficiente para creer en su capacidad de transformación?”—bell hooks

    Espacio Seguro

    Un espacio seguro es un lugar en el que las personas sienten que pueden ser “ellas mismas”, entablar conversaciones abiertas, y aprender unas de otras. La creación de condiciones para que un espacio sea seguro exige atención a la seguridad física, emocional y política.

    En los espacios seguros podemos expresar nuestra verdad, compartir historias de nuestras vidas, cuestionar los tabúes y hablar de temas delicados sin temor ni vergüenza. Un espacio seguro es un lugar que nos invita a escuchar con respeto, compasión y curiosidad, y a prestar atención a las diferencias, desigualdades y dinámicas de poder entre las personas participantes, que favorecerán a algunas y silenciarán a otras. Un espacio seguro exige estar conscientes y mitigar los riesgos que se derivan del activismo y/o se encuentran en el contexto (p. ej., de la seguridad, confidencialidad y vigilancia, entre otros).

    La creación de un espacio seguro para la reflexión y el diálogo, nos permite no solo fomentar una conexión significativa y entendimiento entre todas, sino también profundizar la confianza política – base y fundamento de la colaboración y la solidaridad. Es desde esta perspectiva que podemos identificar problemas comunes, encontrar soluciones, sortear conflictos y tomar decisiones conjuntas.

    JASS llegó y nos preguntó por qué ardían nuestros corazones, y fue entonces que empezamos a hablar sobre el tema de las deformaciones causadas por fármacos antirretrovirales (ARV). JASS nos ha enseñado cómo juntar nuestras voces a fin de emprender acciones colectivas para señalar y avergonzar al gobierno, y abogar por antirretrovirales de mejor calidad. Queríamos que nos devolvieran nuestra dignidad”.―Tiwonge Gondwe, activista de Malaui.

    Condiciones para un Espacio Seguro

    La naturaleza del espacio físico es importante. El espacio debe ser cómodo y privado. Mientras más acogedor sea, mejor. La luz natural y las ventanas son ideales. Sentarse en círculo puede contribuir a evitar o interrumpir dinámicas de poder.

    El establecimiento de acuerdos entre quienes se encuentren en este espacio ayuda a definir la seguridad, incluyendo la confidencialidad, el consentimiento, y la comunicación respetuosa, y a lidiar con las emociones. Las personas participantes tienen que confiar en que pueden hablar con libertad y que la información compartida se mantendrá estrictamente confidencial, salvo que consientan en darla a conocer.

    La promoción de un espacio seguro incluye a menudo la relajación, la expresión artística, el baile, los rituales, la risa y otros elementos para ayudar a las activistas a enfrentar las tensiones, el temor y la violencia en sus contextos. La integración de corazón, mente y cuerpo contribuye al bienestar de todas y permite que las distintas experiencias y maneras de conocer y saber sean parte de la conversación.

    La incorporación de conversaciones sobre temas difíciles permite obtener múltiples perspectivas y profundizar en las discusiones. Todas las personas deben sentir que sus voces y experiencias son importantes y que participan colectivamente en un proceso que fortalecerá su capacidad de ser solidarias y movilizarse por el cambio.

    Los espacios seguros permiten que las mujeres enfrenten sus temores y sentido de culpabilidad, y empiecen a poner su bienestar en primer plano”.―Malena de Montis, JASS Mesoamérica.

    Herramientas Para Crear Espacios Seguros

    CONVERSANDO SOBRE EL TEMA…

    En esta conversación, Adelaide Mazwarira, Anna Davies-van Es, Winnet Shamuyarira, Rosa Chávez, Orfe Castillo y Valerie Miller reflexionan sobre lo que significa el espacio seguro y sobre porqué es políticamente fundamental, sobre todo para quienes trabajan con mujeres cuyas voces son a menudo suprimidas, silenciadas o marginadas. Esta conversación ilumina la creación del espacio(s) seguro(s) no solo como un lugar donde podemos expresarnos con franqueza, sino también donde podemos ser vistas y valoradas por lo que somos.

    1. Adelaide: Entiendo como espacio seguro un entorno que permite que las voces y experiencias de las mujeres se expresen, escuchen, respeten y validen sin represalias. Es común que las mujeres no cuenten con espacios en los que pueden hablar abiertamente o sentir que sus voces son válidas y legítimas.
      Adelaide Mazwarira Face
    2. Orfe: La creación de espacios seguros implica un proceso de construcción de confianza política y personal, y de conocimiento del contexto en el que se desarrollan las acciones y los procesos ya sea de formación o de cualquier otro tipo. Implica construir un espacio en donde la seguridad quiere decir no sentirse juzgada, tener condiciones para poder expresar libremente los dilemas y los miedos, e incluso los prejuicios que tenemos cuando construimos colectivamente. El espacio seguro permite desanudarlos y encontrarnos en un lugar libre de violencia y de juicios, un lugar de reconocimiento mutuo de nuestras diferencias.
    3. Valerie: Para mí, un espacio seguro no solo implica crear un lugar donde las personas se sientan en confianza y seguras de sí mismas, y puedan compartir a un nivel muy profundo, sino también crear un lugar que permita que las personas sean creativas.
      Valerie Miller Face
    4. Anna Davies Van Es face
      Anna: El espacio seguro también supone utilizar el poder desde adentro al tratar a las personas como seres humanas dignas y valiosas. Es cuestionar la relación entre espacio seguro y poder. Por ejemplo, el poder negativo dice que no importas y que cualquiera puede acceder a y utilizar tu historia en cualquier momento. Pero el poder positivo dice que soy una persona valiosa y que sí importa la manera y el momento en que deseo contar mi historia.
    5. Winnet: Al crear un espacio seguro, es crucial que las personas planteen sus propios principios; por ejemplo, confidencialidad, puntualidad y respeto. Puedes ingresar a espacios donde las personas hablan de solidaridad y unidad, pero no profundizan en qué tipo de unidad buscarían. Como facilitadoras guiamos la discusión para que todas las personas entiendan estos principios.
    6. Rosa: Cuando creamos espacios seguros, buscamos construir espacios donde se pueda ser escuchada y respetada, donde se puedan generar lazos de convivencia y sororidad, espacios anti-racistas y libres de discriminación, donde no solamente esté segura físicamente, si no esté segura también emocionalmente.
    7. Winnet: Los espacios seguros permiten que las mujeres participen en un sentido más pleno, les ayudan a expresar cómo se sienten. En un espacio que me permite ser yo misma, también puedo empezar a ver con otros ojos a la persona a mi lado. Y juntas podemos ver más allá de nuestras diferencias y empezar a pensar en cómo confrontar ampliamente el sistema patriarcal.
    8. Valerie Miller Face
      Valerie: Lo que se trata de hacer al crear un espacio seguro y creativo es no solo permitir que las personas compartan a profundidad, sino también poner en tela de juicio sus ideas y que se cuestionen entre sí. De esta forma se convierte en un proceso de indagación mutua. Queremos apoyar las experiencias y los contextos de las personas, pero con un espíritu realmente inquisitivo.
    9. Adelaide: Creo, asimismo, que la naturaleza informal de los espacios seguros es fundamental. La informalidad permite que las mujeres puedan abrirse y aprender unas de otras. Cuando hay varias mujeres con perspectivas distintas – y capacidad de expresarlas – en un mismo espacio, la situación se vuelve muy intensa, ya que se desafían entre sí a ver las mismas cosas de una manera un poco distinta, aunque sin entrar en conflicto. Estas conversaciones ayudan a que empiecen a cambiar sus mentalidades.
      Adelaide Mazwarira Face
    10. Winnet: Para mí, un espacio seguro también tiene que ver con la manera en que respondemos a la vulnerabilidad. Y es un lugar a donde puedo llegar con mis inseguridades y sentir que este espacio puede sostener y responder a esa vulnerabilidad.
    11. Anna: Tienes que estar preparada para aceptar que a veces algunas personas comparten a fondo y otras no. También debemos considerar que no puede ser una sesión de terapia. Como facilitadoras es necesario reconocer estos sentimientos profundos y vincularlos al sistema patriarcal. Es, asimismo, importante politizar nuestro bienestar con la pregunta de cómo respondemos colectivamente a la historia de alguien y luego la ponemos de nuevo en la dimensión política.
      Anna Davies Van Es face
    12. Winnet: Cuando las mujeres y otras personas con las que trabajamos pueden compartir plenamente su identidad, también creamos vulnerabilidades. De ahí que sea fundamental acatar los principios clave que rigen nuestro espacio. Por ejemplo, un espacio deja de ser seguro cuando empezamos a juzgarnos unas a otras, violamos la confidencialidad (al compartir información fuera de este espacio sin consentimiento) y permitimos que las identidades se conviertan en un impedimento para la participación.
    13. Adelaide: La creación de un espacio seguro no es estática. Es un proceso ininterrumpido de creatividad conjunta entre mujeres. Crecemos y nos cuestionamos unas a otras, pero es un recorrido que hacemos conjuntamente. Esta naturaleza de colaboración nos permite también abordar aspectos que impiden que un espacio sea seguro.
      Adelaide Mazwarira Face
    14. Rosa: En nuestros espacios formativos y de encuentro entre mujeres defensoras y activistas, buscamos lugares adecuados donde se hayan medido riesgos para garantizar el bienestar de las defensoras, espacios pensados para la tranquilidad colectiva, donde nos podamos mover y respirar con calma. En este punto es importante también la logística que atienda las necesidades de las participantes según sus diferencias y entornos culturales, y cuando son encuentros presenciales, es muy importante el acompañamiento al grupo durante el proceso de llegada y de salida.
  • “Al abordar temas relacionados con el corazón, la mente y el cuerpo, es preciso tener en cuenta la importancia de trabajar con la integralidad de la persona, no solo con algunas partes seleccionadas”.—Hope Chigudu, Zimbabwe

    CORAZÓN, MENTE, CUERPO

    Una de las grandes contribuciones es el autocuidado, el poner en el centro del debate tu cuerpo como defensora, tu cuerpo es territorio político y uno de los primeros espacios de construcción de libertad... de definición de cómo existir como una mujer, un ser humano, una ciudadana en esta lucha”. —Activista hondureña.

    Corazón, Mente, Cuerpo es un análisis y una práctica política que coloca nuestros cuerpos, conocimientos, sentimientos y seguridad en el centro de nuestra comprensión sobre la desigualdad y sobre la manera en que construimos cambios transformadores y sostenidos. Corazón, Mente, Cuerpo afirma radicalmente el valor de las vidas de las mujeres como fundamento de la construcción y fortalecimiento de movimientos. La manera de cuidarnos y de priorizar nuestro bienestar individual y colectivo es trabajo político que nutre nuestros cuerpos, vidas, organizaciones y comunidades.

    La opresión, la desigualdad y la violencia tienen un costo en nuestros cuerpos, espíritus y sentido de identidad, de manera que aceptar la totalidad de nuestro ser es un acto de amor y resistencia. Las activistas tienen mucho que enseñar acerca del bienestar como práctica colectiva para que las mujeres estén más seguras y sean más fuertes, ya que las estrategias de seguridad, bienestar, autocuidado y renovación sostienen sus esfuerzos vitales de organización en contextos políticos complejos.

    “Corazón, Mente, Cuerpo también es un marco para la organización y la acción política. Si nuestras estrategias y comunicaciones atraen los corazones, las mentes y los cuerpos de las personas—con inspiración, alegría, información inteligente, oportunidades para establecer la agenda y formas de avanzar con nosotras—se unirán a nuestra causa por la justicia y se quedarán con nosotras”. —Lisa VeneKlasen.

    La integración de Corazón, Mente, Cuerpo en el trabajo que se realiza implica incluir en nuestro análisis del poder el efecto que tiene en nuestros cuerpos, emociones y comunidades. La forma en que nos sentimos acerca de las dificultades que enfrentamos a menudo nos conecta con otras personas. Emociones como la frustración y la rabia, que pueden ser transformadas por la esperanza, son claves para organizar el cambio social.

    Corazón, Mente, Cuerpo construye solidaridad en las comunidades, las organizaciones e incluso las familias que trabajan juntas en estrategias de seguridad y fortaleza. Supone compartir prácticas sencillas y habilidades de autocuidado con aquellas personas que han sobrevivido a la violencia y/o al agotamiento y pensar proactivamente acerca de la seguridad y la planificación preventiva.

    Priorizar nuestro bienestar como activistas es ‘cruzar la línea’”. —Shereen Essof.

    Diferentes enfoques de Corazón, Mente, Cuerpo reflejan y afirman la conexión vital entre el corazón, la mente y el cuerpo como una base crucial para el cambio. Al trabajar con mujeres, identificamos cómo funciona el poder en sus vidas, las formas de poder que las oprimen y subyugan, y las que pueden liberarlas y conectarlas. Estos procesos de aprendizaje y reflexión motivan y cuestionan a las mujeres, lo que les permite apreciar sus luchas y talentos individuales para nombrar y analizar los obstáculos comunes que enfrentan y aunar esfuerzos para lograr un cambio.

    Llegué aquí pensando que no encajaría. Me sentía muy nerviosa porque las mujeres miran con malos ojos a las trabajadoras sexuales. Pero aquí en el círculo encontré mi espacio y mi esperanza. Hablé con una abogada y ella me ayudó. Llegué con el corazón pesado y hablé con una consejera que me ayudó. No sabía que este círculo me daría la oportunidad de cambiar mi vida”. —Trabajadora sexual y activista, Zimbabue.

    Herramientas para Corazón, Mente, Cuerpo

    CONVERSANDO SOBRE EL TEMA…

    En esta conversación, Lisa VeneKlasen, Hope Chigudu, Adelaide Mazwarira, Rosa Chavez, Kunthea Chan y Shereen Essof comparten ideas acerca de Corazón, Mente, Cuerpo. Como integrantes de la comunidad de JASS, reflexionan sobre el porqué valorar nuestras vidas, voces, emociones y cuerpos es esencial, no solo para nuestra sobrevivencia, sino también para nuestra resiliencia, alegría y capacidad de transformar nuestras realidades.

    1. Lisa: Corazón, Mente, Cuerpo implica reconstruir, volver a imaginar, recuperar y aprender. Se integra en nuestra manera de organizarnos, nuestras estrategias de construcción y fortalecimiento de movimientos, nuestra seguridad colectiva, y la manera en que nos tratamos a nosotras mismas como activistas. Las personas cambian porque algo toca su corazón. Y lo que se siente en el corazón, también tiende a sentirse en todo el cuerpo. Así es que Corazón, Mente, Cuerpo es un recordatorio de que atendernos a nosotras mismas integralmente es parte de una buena organización y es por sí misma una estrategia y un cambio social. Corazón, Mente, Cuerpo afirma que las personas cambiamos a través de diversos procesos físicos, emocionales y mentales para construir juntas nuestra energía.
    2. Adelaide: Este proceso es vital porque con el activismo es frecuente que nos sintamos como si hubiéramos corrido cuesta arriba en una ladera empinada, sin tiempo para descansar, reflexionar y reagruparnos.
      Adelaide Mazwarira Face
    3. Lisa: Deseamos que las personas participen de tal manera que puedan moverse, hablar, bailar y responder. Creo que el cuerpo es un recordatorio fundamental de que este trabajo es arduo, agotador y riesgoso. Si nuestra organización no toma en cuenta todas las formas en que nuestro activismo en contra de la desigualdad y nuestra lucha por la justicia social nos sobrecargan, agobian y, a veces, nos ponen en riesgo físico, no estamos teniendo éxito como organizadoras.
    4. Kunthea: Necesitamos ser cuidadosas en cómo tratamos nuestro cuerpo para centrar nuestro trabajo de construcción y fortalecimiento de movimientos, porque si no eres saludable, si tu cuerpo no es saludable, te debilitas, tu actitud no es estratégica y te causa mucho estrés, y entonces el movimiento tampoco es saludable, porque los movimientos surgen de las personas, del cuerpo, de los propios movimientos. De ahí que el cuerpo tenga que estar saludable para que un movimiento sea saludable.
    5. Rosa: El trabajo corporal nos permite regresar a nuestro centro, permite el reconocimiento de nuestro yo, y el reconocimiento también de la historia de nuestro cuerpo en vinculación con la historia de nuestro territorio y con la historia de la tierra. Trabajamos con el cuerpo a partir de distintas técnicas de expresión, distensión y conciencia corporal, organizadas metodológicamente para que cada quién pueda vivir su propio proceso sin forzar ningún cuerpo, sino más bien reconociendo la pluralidad de mujeres que somos dentro de un grupo o dentro de un entorno. El trabajo corporal también nos ayuda a la recuperación del movimiento, no solo a nivel simbólico, sino en el reconocimiento de los huesos, las articulaciones, y cómo esto se vincula también con nuestros movimientos y con nuestras luchas.
    6. Shereen: Hacer este tipo de trabajo por el cambio y la paz significa cuestionar el poder, lo que deriva tarde o temprano en violencia. Como activistas invertimos mucha energía en sobrevivir y en crear espacios y estrategias que beneficien a bases más amplias y sostengan el proceso de organizarse; sin embargo, no invertimos la misma energía en cuidar de nuestro propio bienestar físico y en fortalecer nuestro espíritu para continuar trabajando por un mundo en el que todos y todas podamos ser libres.
    7. Adelaide Mazwarira Face
      Adelaide: Entiendo por qué Corazón, Mente, Cuerpo es importante, pero, ¿Cómo o por qué se produce la desconexión entre corazón, mente y cuerpo en primer lugar?
    8. Hope: Es fácil centrar nuestras vidas en el trabajo, pero en el camino perdemos de vista el sistema en su totalidad, a nosotras mismas, la solidaridad y todo lo que nos conecta como seres humanos. Nos aislamos en nombre del activismo o profesionalismo. Perdemos nuestra creatividad, audacia, energía y amor por nuestro trabajo. El trabajo en sí pierde significado y terminamos sintiendo cólera, ansiedad por cumplir con fechas límite, agotadas y solas. Corazón, Mente, Cuerpo nos ayuda a darnos cuenta de que es legítimo ser como somos en el trabajo que hacemos.
    9. Shereen: La creencia de que no es justificable usar recursos como tiempo, energía y espacio para reflexionar y cuidarnos, adquirir conocimiento de nosotras mismas y optimizar nuestras fortalezas es en sí una forma de violencia que las activistas ejercemos sobre nosotras mismas.
    10. Lisa: La piedra de toque de todo nuestro trabajo es la vida, las experiencias y los sueños de las mujeres. El corazón, la mente y el cuerpo de una mujer absorben la sombría realidad de la discriminación. Sólo se lograrán cambios profundos y duraderos si las mujeres, en su integralidad, son parte central del liderazgo y la organización, un principio que da significado a la frase: “de sobrevivientes a defensoras”. Cuando las mujeres se encuentran en la vanguardia del cambio, no solo abordan problemas sino también transforman comunidades y sistemas.
    11. Shereen: Las activistas de todos los estratos sociales luchan por procesar traumas y tensión emocional y física. Nuestra mejor opción es hacer de Corazón, Mente, Cuerpo un vehículo para reorganizar y revitalizar de nuevas maneras a las mujeres y a nuestros movimientos. Es un ingrediente esencial para inculcar culturas de paz, liderazgo activista y construcción y fortalecimiento de movimientos de mujeres.
    12. Rosa: En JASS Mesoamérica trabajamos el autocuidado en nuestros espacios formativos generando espacios seguros, experiencias sanadoras, armónicas, expresivas, lúdicas, junto a la aplicación y recuperación de los conocimientos y saberes ancestrales de las participantes. Brindamos herramientas de contención y autocuidado, tanto dentro del espacio formativo como para la aplicación en sus contextos personales, familiares y organizacionales o de lucha, generando espacios de reencuentro y conexión con el ser, con las otras y otros, con el territorio, desde el sentipensar, desde el bienestar, y desde el goce.
  • “Lo personal es político” no es tan solo una consigna feminista de la década de 1960, es un punto de partida básico para hacer trabajo político eficaz y crear las bases para cambios mayores en el mundo”. —Lisa VeneKlasen

    Lo personal es político

    “Lo personal es político” es una conocida consigna feminista acuñada a finales de los años sesenta que afirma que la desigualdad y las estructuras sociales y creencias que fundamentan el poder y los privilegios empiezan en casa y se reproducen en las familias. El ámbito personal es para las mujeres un lugar en el que la violencia estructural y la desigualdad están vívidamente representadas. Por ejemplo, la violencia doméstica, un problema que durante mucho tiempo fue visto como un asunto privado, sigue siendo una prioridad en las agendas de derechos de las mujeres. Algunas leyes han cambiado, la policía, el sistema de justicia y las instituciones de familia en todo el mundo continúan tratando la violencia doméstica como un problema personal, más que como un delito y una crisis de salud pública que las feministas han instado en el ámbito público para que se reconozca como tal desde hace mucho tiempo.

    Lo “personal es político” es una guía para formular agendas políticas, estrategias de comunicación y tácticas de organización. Es un marco útil para las estrategias y metodologías de educación popular. Las percepciones que tenemos de nuestros roles sociales y de lo que sucede en nuestras familias están influidas por estructuras políticas y sociales de una dimensión más amplia, y es por eso que, al abordar las profundas desigualdades debemos incluirnos, y a menudo empezar por nosotras mismas, nuestros hogares y nuestros contextos, incluso en temas importantes como la militarización o el consumismo. Cuando empezamos por ahí, vemos que estos problemas permean y moldean nuestras vidas. Son muchas las maneras en que los efectos personales no solo nos dan pistas de las estructuras de poder, que son vitales para crear conciencia, sino también nos ayudan a identificar grandes estrategias de comunicación y organización.

    En JASS creemos que no se puede alcanzar una transformación real solo con cambios en las leyes o políticas públicas. La libertad, dignidad, respeto y bienestar de todos los seres humanos y del planeta requieren una transformación profunda de las instituciones sociales y políticas. Este tipo de cambio implica la redistribución del poder y los recursos, y de manera importante también requiere la transformación de las normas sociales, las creencias y los comportamientos dentro de nuestras familias, comunidades y nosotras mismas.

    Herramientas para lo Personal es Político

    CONVERSANDO SOBRE EL TEMA…

    ¿Porqué “lo personal es político” continúa siendo tan relevante para organizarse hoy en día? Valerie Miller, Alda Facio, Kunthea Chan, Carme Clavel y Lisa VeneKlasen hablan sobre los orígenes de la frase, y explican cómo esta frase nos ayuda a “descubrir” patrones de injusticia y desequilibrio de poder en donde alguna vez enmarcamos nuestras experiencias como “mala suerte” o las atribuimos a nuestra culpa. Nos recuerdan que esta conciencia crítica crea las bases para lograr un cambio profundo y duradero.

    1. Lisa: En esencia, lo “personal es político” está en el centro del feminismo. Es una manera inspiradora de ayudarnos a entender cómo la desigualdad afecta nuestras vidas. Se encuentra en el seno de nuestras relaciones personales en las que experimentamos desigualdad de poder, y en las que nos hemos acostumbrado a este desequilibrio. Como mujeres, la sociedad nos dice que estamos predestinadas a servir, atender a otros, sacrificarnos. Es muy difícil salirse de esos roles.
    2. Carme: Cuando hablamos de que lo personal es político, significa que lo que pasa en nuestra realidad íntima, lo que pasa en nuestra casa con nuestra pareja, con nuestros hijos e hijas es parte de las cosas que queremos transformar. Y como decimos las feministas, el feminismo entra a la casa, no se queda en la puerta de la casa. Llega hasta la cama, llega hasta la cocina, llega hasta la sala de estar. Es decir, entra a cuestionar nuestros roles dentro de la casa, nuestros roles íntimos, nuestros roles de pareja, si tenemos pareja, nuestros roles como madres. Esto es lo que queremos decir con “lo personal es político”.
    3. Lisa: Cuando pensamos en cualquier movimiento social verdaderamente transformador en la historia, vemos que los movimientos que llegaron más lejos entrañaban temas profundamente arraigados en creencias personales y en la conciencia; temas que se manifestaban en nuestras decisiones personales del día a día. Por ejemplo, el racismo, la desigualdad de las mujeres, los derechos LGBTQ; son cuestiones profundamente sentidas en las relaciones familiares, en las interacciones diarias y en nuestro sentido de pertenencia en cualquier comunidad. Pienso que lo “personal es político” es importante, porque cuando separamos el problema político de cómo nos vemos a nosotras mismas o cómo vivimos nuestras vidas, ningún cambio que hagamos será duradero, nunca podrá mantenerse.
    4. Alda: Cuando decimos lo “personal es político”, afirmamos que la discriminación, la exclusión y la violencia contra las mujeres no es un problema individual que afecta solo a las agredidas, discriminadas y excluidas, sino que también es parte de un sistema que deshumaniza a todas las mujeres. Por consiguiente, se trata de un problema político que exige soluciones políticas.
    5. Valerie: Cuando las mujeres comenzaron a reunirse en grupos de toma de conciencia, uno de los primeros momentos de revelación fue “¿Enfrentas discriminación o violencia doméstica en tu relación? ¡Yo también!”. Las mujeres empezaron a darse cuenta de que sus problemas no eran solo personales sino también compartidos. De ahí que, en este sentido, se vuelvan un problema político porque implican poder en el plano social.
      Valerie Miller Face
    6. Kunthea: Compartimos muchas historias personales entre las activistas y recurrimos a historias inspiradoras para que puedan aprender acerca de los sistemas sociales, regionales y culturales que las oprimen. Las narraciones ayudan no solo a inspirar a otras personas sino también a reforzar en su interior la noción alentadora de confianza y autoestima. Cuando las activistas escuchan historias similares de experiencias compartidas, adquieren más comprensión de los arraigados obstáculos sistémicos que enfrentan las mujeres y, por consiguiente, encuentran intereses comunes y cruzan la línea de la mano.
    7. Lisa: Un buen ejemplo para mí es la pandemia del VIH/SIDA. En los primeros años de la epidemia no se hablaba de sexo. Se hacía caso omiso al hecho de que la capacidad de las mujeres para negociar el tener o no sexo no es universal. Si el problema se hubiera enfocado desde una perspectiva feminista desde el inicio, habría sido evidente que las relaciones sexuales, el sentido de identidad, y la habilidad de conocer y controlar el propio cuerpo en realidad son puntos de partida importantes para cualquier tipo de cambio. No se trata de abordar el tema del VIH/SIDA solo desde la perspectiva de la medicina.
  • “La premisa detrás del potencial transformador descansa en el proceso de las mujeres que trabajan y resuelven los problemas juntas… lleva al empoderamiento tanto colectivo como individual”.—Kate Young

    Piso Común y Comunidad

    Piso Común y Comunidad trata acerca de encontrar lo que compartimos con otras personas y usarlo como un punto de partida esencial para construir poder colectivo para el cambio. Cuando identificamos experiencias, temas, esperanzas y alternativas similares, podemos forjar una causa común y empezar a organizarnos.

    Puede ser liberador descubrir que no estás sola con tus problemas y que puedes trabajar en conjunto con más gente para cambiarlos. Muchas veces, las personas se juntan a través de identificar necesidades comunes, como agua potable, escuelas dignas y protección frente a la violencia para acceder a empleos, vivienda y tierras. Este interés personal, que se transforma en una causa compartida con un grupo de personas, es el que desata y sostiene los esfuerzos organizativos.

    Si se hace eficazmente, la organización libera y empodera a activistas y lideresas. Hace emerger y genera conocimientos acerca de problemas comunes muy sentidos, y permite tejer relaciones esenciales para estrategias y acciones conjuntas a fin de resolver esos problemas”.—Lisa VeneKlasen.

    Para la identificación de piso común es fundamental crear espacios seguros que permitan a las personas compartir sus historias y preocupaciones e imaginar el tipo de soluciones que pueden cambiar las cosas. A través del diálogo abierto emergen problemáticas comunes. Las personas comienzan a analizar las causas de raíz, y reconocen los patrones de la desigualdad incrustados en los sistemas y las instituciones sociales y políticas. Al identificar retos comunes, se dan cuenta que pueden abordarlos a través de la acción colectiva.

    Este proceso es el fundamento para construir una agenda política y estrategias comunes para generar cambios. Cuando las personas imaginan alternativas y soluciones, es importante sacar a luz y afirmar valores, principios y esperanzas comunes; estas nos unen a otras personas pese a nuestras diferencias y posibles desacuerdos. Los sueños comunes no solo atraen a otras personas, sino que nos sostienen para que alcancemos los objetivos a largo plazo de nuestros movimientos.

    Herramientas para Piso Común y Comunidad

    CONVERSANDO SOBRE EL TEMA…

    En esta conversación, Nani Zulminarni, Lisa VeneKlasen, Alexa Bradley, Shereen Essof, Patricia Ardon, Sibongile Singini y Kunthea Chan dialogan sobre por qué el piso común y la comunidad son el fundamento del poder colectivo, y nos ayudan a unirnos pese a nuestras numerosas diferencias y a actuar colectivamente por el cambio.

    1. Sibongile: Las mujeres encuentran piso común cuando se dan cuenta de que les afectan los mismos problemas y comparten el conocimiento que guardan en sus corazones, mentes y cuerpos para su bienestar. Cuando construimos y fortalecemos comunidades o movimientos es realmente importante encontrar intereses comunes porque permiten que las mujeres construyan su poder colectivo, definan e impulsen su agenda, y generen el cambio que desean.
    2. Nani: Utilizamos la situación y posición de ser mujeres jóvenes, organizadoras, minorías y parte de grupos marginados para crear una percepción y comprensión común de los desafíos que enfrentan. Nos centramos, asimismo, en los problemas en torno a los cuales se organizaban. Esta es la manera en que encontramos piso común.
    3. Alexa: En mi opinión, se trata realmente de personas que han enfrentado dificultades, pero descubren que otras comparten las mismas historias, y de sentir vergüenza y aislamiento pasan a experimentar indignación por la injusticia, pero también un sentido de esperanza y afirmación.
    4. Shereen: En Malaui empezamos un poderoso proceso de mapeo corporal en el que las mujeres hablaron de una manera muy íntima acerca de sus vidas y sus cuerpos, y cómo es que llevan distintas manifestaciones del patriarcado en ellos, incluso lo que significa vivir siendo seropositiva. En estos espacios nos reunimos, compartimos, nos sentamos en el piso y mientras tomamos y picamos algo, contamos historias de nuestras vidas, hablamos de nuestras estrategias de afrontamiento, y de los sistemas de conocimientos indígenas en torno a lo que significa vivir siendo seropositiva, el sexo y la sexualidad, el cuerpo, etc. Fue en ese proceso que empezamos realmente a darnos cuenta del poder de las deformidades físicas que afectaban a las mujeres. Este momento se convirtió en algo muy potente y fundamental que nos permitió de alguna manera dar un giro y ampliar de una manera específica la agenda de construcción y fortalecimiento de movimientos en Malaui.
    5. Lisa: El piso común a menudo se forma en torno a problemas y enojos o indignación compartida. En realidad, la organización comunitaria eficaz empieza cuando se construyen conexiones y se desarrollan estrategias con personas con quienes se comparten experiencias y frustraciones comunes.
    6. Kunthea: Necesitamos fortalecer nuestro poder colectivo a través de la organización para hacer que un movimiento sea eficaz. En mi opinión, organizarse no significa simplemente trabajar con otras personas en la misma organización, sino más bien colaborar con mujeres de varios sectores y movimientos, y pasar por alto nuestras diferencias para encontrar piso común como mujeres activistas.
    7. Alexa: Este proceso está críticamente vinculado al poder. Al identificar nuestro piso común, reconocemos lo que es injusto y la forma en que estamos con otras personas. También podemos empezar a imaginar cómo plantear desafíos o cambiar esas injusticias. Nos beneficiamos, asimismo, de un sentido de comunidad. Hay personas que nos ven por quienes somos, se preocupan por nosotras, nos escuchan y acompañan mientras nos fortalecemos y nos volvemos más asertivas y participativas. Encontrar el piso común en nuestras experiencias y construir comunidad se convierten en el fundamento para desarrollar políticas y un análisis más profundo de lo que nos sucede.
    8. Paty: Las mujeres vivimos en comunidades de distinto tipo, urbana, rural, pero en general las mujeres vivimos en comunidad y buscamos a otras para apoyarnos, identificando los problemas que tenemos en común. Esto se da sobre todo en comunidades rurales donde generalmente las mujeres viven en comunidad de una manera más estrecha. Es importante porque, reconociendo que las mujeres somos diversas, incluso entre mujeres indígenas o entre mujeres mestizas, y que vivimos nuestras identidades de diferentes formas, el poder identificar los problemas comunes y la necesidad de apoyo mutuo, y como puede complementarse lo que cada una puede hacer, da mucho más poder a las mujeres y también permite protegerse mejor y complementar distintas capacidades y poderes que las mujeres tienen.
    9. Sibongile: Cuando las mujeres se reúnen, pueden identificar las causas que dieron origen a los problemas que las afectan. Se conectan, pueden hablar acerca de sus problemas y compartir sus talentos y recursos, y son capaces de reconocer abiertamente los conflictos entre ellas para construir poder y proponer los cambios deseados.
  • “El poder interno es físico, emocional y psicológico. Es el poder de soñar, esperar, perdonar y resolver problemas. Sin este, no podemos expresarnos y acelerar el paso. Con frecuencia creemos que este es el poder más imparable.”—Lisa VeneKlasen

    Poder Interno

    El poder interno se relaciona con el sentido de autoestima y autoconocimiento al que a veces se hace referencia como “empoderamiento personal”. Es la capacidad de valorarte, pensar con independencia, confrontar suposiciones, tener esperanza y buscar la realización personal. El poder interno está arraigado en la creencia en los derechos humanos inherentes a las personas y la dignidad humana.

    JASS se refiere al “poder interno” como una forma de poder transformador, porque cuando se activa puede transformar nuestras mentes, nuestros corazones y nuestro sentido de posibilidad. Las acciones eficaces de organización de base ayudan a las personas a afirmar su valor personal, aprovechar sus sueños y esperanzas, y descubrir otra dimensión del poder transformador: poder para, poder entre, y poder hacia.

    "Quiero ver cambios en las problemáticas que aquejan a las mujeres y sus vidas. Quiero ver al gobierno poner las cosas en su lugar para proteger a las mujeres y transformar estas situaciones. Cuando me di cuenta de que tengo derecho a mi vida y cuando JASS me ayudó a darme cuenta de que tengo el poder para exigir mis derechos, fue un cambio de vida para mí. Creo en el poder interno y en el poder que tengo con mis grupos de apoyo". —Mirriam Munthali, activista de Malawi.

    El poder opera en múltiples niveles y afecta nuestras vidas de muchas maneras. A fin de lograr cambios sociales duraderos, tenemos que entender el poder en sus diversas formas, visible e invisible, y debemos reconocer el poder que nosotras mismas tenemos para transformar las realidades que nos rodean.

    La comprensión de que las capas de opresión –basadas en género, raza, identidad étnica, sexualidad– mantienen a las personas subordinadas, aisladas y sintiéndose resignadas e impotentes, sustenta el concepto de poder transformador de JASS. Las acciones para despertar formas transformadoras de poder, como el poder interno, deben abordar deliberadamente las experiencias y los efectos de esa opresión, y desatar la indignación, la esperanza y la creatividad que llevan al cambio.

    Las experiencias que afirman los conocimientos, sentimientos y sentido de seguridad de las personas, sumadas a experiencias de pertenencia y comunidad, alimentan el poder interno y constituyen la base para emplear la capacidad propia de actuar—o poder para—la capacidad creativa del ser humano para actuar y cambiar el mundo.

    Herramientas para el Poder Desde Adentro

    CONVERSANDO SOBRE EL TEMA…

    En esta conversación, Tiwonge, Jessica, Sarah y Kwongu (activistas de Malaui de la campaña Nuestros Cuerpos, Nuestras Vidas) comparten algunos pensamientos con Lisa, Sibongile y Everjoice de la comunidad de JASS en torno al ‘poder interno’, es decir, el poder dentro de nosotras de conocer y reclamar nuestro valor propio y de sentirnos seguras de nosotras mismas, y de cómo llegamos a entender que tenemos valor, conocimientos y mucho que ofrecer, sin importar lo que las personas con más poder quieran hacernos creer.

    1. Tiwonge: Mi poder está en mi interior, pero también con otras personas para la acción colectiva. Utilicé este poder en dos ámbitos. Primero, por primera vez en mi vida pude entablar una conversación sin temor con nuestro parlamentario. Tuve reuniones con él junto con integrantes de mi organización para exigir nuestro derecho a recursos de lo que llamamos Constituency Development Funds (CDF) en Malaui. Sabemos acerca de esos fondos y sabemos que son nuestros. El segundo ámbito es mi vida personal. He logrado confrontar a mi esposo con la ley para liberarme de la violencia. Quedó impactado, nunca pensó que yo lo haría. Mírenme ahora. Me represento a mí misma y hablo con mis propias palabras. Es un cambio enorme.
    2. Lisa: Como toda forma de poder, el poder interno es dinámico. Hay veces en que nos sentimos seguras de nosotras mismas, con fuerza, como si nuestra voz importara, como si tuviéramos importancia en el mundo. Mientras que en otras ocasiones nos sentimos completamente marginadas, como si no debiéramos expresar nuestras opiniones porque no estamos en posición de hacerlo. Es una lucha ininterrumpida en el proceso de organización, aprovechando los sentimientos de confianza en nosotras mismas, de esperanza y posibilidad cuando nos sentimos desanimadas y silenciadas.
    3. Sarah: Cuando empecé a pensar en una nueva realidad, me imaginaba educada, capaz de hablar inglés y con bastante dinero en mi bolsa. Me rehusaba a sentirme disminuida, suprimida o destruida. Me resistía a que la intolerancia, la tiranía y la mezquindad me distorsionaran. ¡Me rehusé! Así es como crucé la línea y dejé atrás un complejo de inferioridad y de dependencia de los hombres. Ahora soy integrante de un grupo de apoyo de personas con VIH para trabajadoras sexuales. Yo sé que soy feminista. Mi cuerpo es mío. Eso es lo que les digo a mis amigas que son trabajadoras sexuales. Entre mis planes futuros está la compra de una parcela de tierra, para construir una casa pequeña y apoyar a trabajadoras sexuales de áreas rurales para que aprendan a valerse por sí mismas.
    4. Lisa: El punto de partida del poder interno es tener la oportunidad de hablar acerca de la situación en nuestra comunidad y el mundo, y sobre nuestra propia vida. Darnos cuenta de que nuestra propia vida nos ha dado muchos conocimientos y herramientas para abordar diversos temas es fundamental para el poder desde adentro. Asimismo, los rituales, la alegría, el baile y la celebración son fundamentales para el poder interno porque generan energía que puede sostenernos en nuestro activismo.
    5. Kwangu: A través del proceso de construcción del movimiento encontré mi voz y mi poder interno. Ahora puedo alzar mi voz en todas las cuestiones que afectan a las mujeres de mi comunidad. Me convertí en una activista.
    6. Jessica: Utilicé mi poder interno para cuestionar al jefe de la aldea que me había tildado, al igual que a otras mujeres seropositivas, de “cadáver ambulante”, cuando solicitamos fertilizantes. Después él resultó seropositivo y necesitó mi ayuda, así que le dije que lo ayudaría pero con algunas condiciones. Debía convocar a una reunión y explicar que cuando se rehusó a darnos fertilizantes no sabía lo que estaba haciendo. Debía disculparse con las mujeres a las que había llamado “cadáveres ambulantes”. Debía también dar a conocer su condición y persuadir a la gente de que se hiciera exámenes. Sobre todo, debía encontrar sacos de fertilizante para el grupo. Yo quería justicia. Solo después de hacer todo eso se le permitiría ser el primer hombre en unirse a nuestro grupo.
    7. Lisa: El poder interno es un recorrido que dura toda la vida. Tiene ciclos y etapas, al igual que los tipos de poder que construimos afuera en el mundo. En ocasiones avanzamos y tenemos fuerza y en otros momentos tenemos baja autoestima y sentimientos de fracaso. Para mí, es imposible que el poder interno surja sin el “poder entre”. Incluso en nuestros mejores momentos de autoestima, podemos beneficiarnos de compartir con otras personas, Es algo que nos revitaliza cuando tratamos de hacer cambios en el mundo y en nuestra vida personal.
    8. Sibongile: En Malaui, cuando las mujeres empezaron a descubrir su “poder interno”, se generó un entusiasmo, una pasión por encontrar soluciones primero para ellas. Muchas mujeres vivían muy oprimidas y cuando se dieron cuenta de su poder desde adentro, querían utilizarlo para asegurarse de ser libres. Asimismo, pudieron ver que no viven en un mundo solo de ellas y decidieron hablar y ayudar a otras mujeres con las que compartieron conocimientos para ayudarlas a darse cuenta de que les sucedían cosas que no estaban bien y no deberían ocurrir. Así es que utilizaron también el “poder entre” para actuar en conjunto: a fin de ayudar a cambiar a otras, así como ellas mismas habían cambiado, y utilizar su “poder colectivo” para asegurarse de que las cosas mejoren realmente para todas las personas de la comunidad.
    9. Everjoice: Es importante reconocer que cuando ese poder se libera y las mujeres empiezan a encontrarse, es increíble ver que se vuelve imparable.
  • “Debemos hablar sobre nuestra sexualidad con libertad… No hacerlo significaría interponerse entre las mujeres y la justicia”.—Rudo Chigudu

    Libertad y Expresión

    La Libertad y la expresión son vitales para la liberación, tanto personal como colectiva. Ambas cultivan y alimentan los movimientos como expresiones de libertad y de libertad de expresión.

    En el plano personal, expresarnos y reivindicar nuestra libertad – a través del arte, murales, palabras escritas o habladas, teatro y acciones directas – es tener voz y rehusarnos a amoldarnos, a ser cómplices o a ser silenciadas. Se trata de tener la libertad de expresar nuestros pensamientos, pero también la libertad de movernos y asociarnos, y de tener autonomía de nuestros cuerpos, pensamientos y expresiones sexuales. Salir y hablar tiene un efecto multiplicador: inspira a otras personas a hacer lo mismo.

    Las voces de las mujeres y otras personas marginadas, muchas veces ignoradas, tienen el poder de motivar e incentivar luchas y agendas más amplias de justicia. Al insistir en nuestra libertad y derecho a expresarnos, confrontamos las normas sociales represivas y planteamos demandas de cambio social y político.

    No hay tal cosa como “personas sin voz”, solo las que son silenciadas deliberadamente o las que se prefiere no escuchar”. – Arundhati Roy.

    En muchos de los lugares donde JASS trabaja, existen intereses enquistados y barreras sociales profundamente interiorizadas que coartan la libertad y la libertad de expresión. En Indonesia, las influencias de los fundamentalismos políticos y religiosos promueven la creencia de que el papel de la mujer está en el hogar y que se debe proteger y controlar a las mujeres. El temor a salir de estos roles tradicionales silencia a las mujeres y les dicta cómo actuar y cómo vestirse. FAMM-Indonesia, una alianza de mujeres jóvenes, responde a esta realidad con el desarrollo de estrategias alternativas para cuestionar la vergüenza y los tabúes relacionados con el sexo y la sexualidad, y promover el liderazgo de las mujeres jóvenes.

    En Malaui, las mujeres seropositivas han superado el efecto silenciador de la vergüenza y el sentido de culpa por medio de un trabajo a fondo que afirma sus historias y cuerpos. Este trabajo les ha dado claridad y valor para exigir respeto como ciudadanas plenas e insistir en sustituir los medicamentos que distorsionaban sus cuerpos con mejores alternativas.

    En Zimbabue, la organización aliada de JASS—Katswe Sistahood— apoya a mujeres jóvenes para que cuestionen los tabúes en torno al sexo, la sexualidad y los cuerpos de las mujeres. Katswe utiliza las artes interpretativas para que las jóvenes alcen sus voces y exijan respeto y seguridad.

    “Decir la palabra ‘vagina’ es en sí vergonzoso entre los shona. Reaprender cómo reclamar partes de nuestros cuerpos como propias es un paso crucial en una estrategia para politizar las experiencias personales de las mujeres”. Rudo, activista zimbabuense.

    La superación del miedo y la vergüenza permite a las mujeres levantar la voz, contribuir libremente y crear un mundo mejor. A través de estrategias que incluyen las redes sociales y las artes creativas (p. ej., baile, narración de cuentos, poesía), las activistas pueden acceder a información, debatir ideas, ofrecer contra-narrativas, y movilizarse para expresarse con libertad.

    ¿Cómo transformamos el silencio en voz? ¿Cómo transformamos lo horrible en algo que recupere un sentido de belleza que pueda catalizar a otras personas en su camino?" —Shereen Essof.

    Herramientas para Libertad y Expresión

    CONVERSANDO SOBRE EL TEMA…

    Lisa VeneKlasen, Adelaide Mazwarira, Daysi Flores, Laura Carlsen, Rosa Chávez y Rudo Chigudu conversan sobre explorar el poder y la liberación que experimentamos al encontrar nuestras voces, ya sea en círculos de narración de historias o al expresar nuestra verdad en espacios públicos. A través del arte, las historias, el teatro y las actividades públicas, rompemos nuestros silencios y destruimos las ideas limitantes sobre quiénes somos y qué sentimos. Expresar nuestras opiniones de cualquier manera que decidamos nos ayuda a sentirnos libres y poderosas.

    1. Lisa: La libertad de expresión es un proceso, no un destino. Es una aspiración, un derecho y un esfuerzo permanente, moldeado por grandes fuerzas políticas, culturas locales y contextos, instituciones, acceso a recursos y creencias acerca de las voces que “cuentan”. Siempre estamos trabajando para ser libres y para que otras personas tengan la libertad de expresarse plenamente y contribuir a un mundo mejor.
    2. Laura: En una época de desinformación y “postverdades”, es radical y peligroso hablar de nuestras realidades vividas. Como periodista y constructora de movimientos, parte de la organización es facilitar foros y maneras en que las mujeres puedan hablar en contra de la normalización de la violencia y las narrativas que tratan de hacernos a un lado u obligarnos a ajustarnos a las normas. Entre las herramientas más poderosas que tenemos están nuestras palabras.
    3. Lisa: Nuestras voces son importantes para la visibilidad de nuestras demandas y experiencias, para asegurar que las perspectivas y contribuciones de las mujeres sean tomadas en cuenta y reconocidas por nuestras comunidades, por las personas con poder decisorio, legisladores/as y medios de comunicación.
    4. Adelaide Mazwarira Face
      Adelaide: ¿Qué nos silencia?
    5. Lisa: La desigualdad funciona a través de normas culturales y reglas no escritas. Con el tiempo, las mujeres captan el mensaje de que sus voces son menos valiosas, que su mayor contribución a la sociedad es verse bonitas, atender asuntos domésticos y reproducirse. Por eso es que hablar sin sentir vergüenza, tener el derecho de enojarse, ser fuertes, y hablar en voz alta es una búsqueda de toda la vida y rompe muchas barreras culturales. Que las personas marginadas expresen sus opiniones en público toma mucho valor y es por eso que la organización es tan crucial para garantizar que sus voces sean escuchadas.
    6. Daysi: Los medios son uno de los espacios más competidos por los movimientos. Aunque la comunicación y la libertad de expresión son un derecho humano, quienes tienen los medios para ejercer la libertad de expresión siguen siendo los más poderosos, y de ahí viene el cerco mediático. ¿Cómo podemos romper ese cerco mediático? Haciendo un reconocimiento de esta realidad y realizando análisis de poder para identificar las grietas en estos espacios, construyendo nuestros propios medios de comunicación, desarrollando tecnología propia, y estableciendo alianzas, no sólo con personas poderosas y dueños de medios, sino también con quienes hacen que esa maquinaria funcione.
    7. Adelaide: ¿Por qué las artes creativas son parte importante de expresar tu voz?
      Adelaide Mazwarira Face
    8. Rudo: Subir al escenario para representar un monólogo, bailar, lanzar gritos de guerra y cantar es un acto de desafío. Debido a que todo acerca de nuestras historias es privado, hay cierta valentía en decir “estoy cansada de pretender que mi vida es privada cuando no hay nada privado al respecto”. Se necesita cierto valor para decir que en realidad la privacidad “me está matando”, que este espacio privado es donde “me siento más violentada y no puedo seguir en silencio”.
    9. Rosa: En el arte se pueden crear y recrear narrativas no hegemónicas muy poderosas que llegan a tocar fibras muy profundas del ser, o de las y los seres. Las expresiones creadoras, artísticas, llegan a tocar otras fibras del ser que no llega con otro tipo de lenguajes. El valor del uso de la palabra y de la expresión es una de las formas de usar nuestro poder, de recuperar nuestro poder como mujeres. El arte emancipador ha acompañado luchas, movilizaciones y momentos de transformaciones en la historia de los pueblos y los movimientos. Deja un registro de impacto que enlaza generaciones.
    10. Daysi: La radio nos permite romper el cerco mediático, pero también romper narrativas hegemónicas que te enseñan día tras día a que tu lugar es el lugar en el que estás y que tienes que quedarte ahí. Las radios tienen un alcance bastante grande, pero además hay algo sobre escuchar la radio que también genera comunidad, y que nos transporta a una dimensión de espacio y tiempo con la que podemos identificarnos y con la que podemos construir realidades alternas. La radio puede hacerte sentir que otro mundo es posible, sin importar si es a través de una canción que te llega a espacios de la consciencia que no podemos explorar de otra manera.
    11. Lisa: Cuando hablamos de tener “Voz” hablamos de dos cosas. Por un lado, hablamos de este poder desde adentro y el darnos cuenta de que la perspectiva propia importa tanto como para decirla en voz alta. Y por otro, es agregar tu voz a las voces de otras personas a fin de que esa unión sirva como fuerza unificadora de la indignación y la esperanza para realizar cambios.
    12. Adelaide Mazwarira Face
      Adelaide: ¿Hay algún momento en que no está bien autoexpresarse?
    13. Lisa: Sí, autoexpresarse no significa desahogarse ni puro individualismo. La libertad de expresión es un recurso compartido cuyo valor aumenta cuando muestras seguridad en tu voz y cuando sabes cómo y en qué momento usarla. En la actualidad, la prevalencia de las redes sociales ha creado un dilema interesante. Por una parte, la cultura de hoy día promueve el “yo”, un concepto individualista de voz, según el cual todo lo que pasa por la cabeza tiene que expresarse. Como alternativa, las redes sociales han permitido que aquellas personas cuyas perspectivas son rara vez escuchadas encuentren su voz. En realidad, es democratizar la posibilidad de ser escuchada.