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Movilizamos nuestro poder colectivo: Movilización, alianzas y acción

¿Estás preparada para entrar en acción, es decir, para resistir, expresar tus opiniones, confrontar, proponer soluciones y defender lo que te parece correcto? ¿Tienes claro qué tácticas impulsarán tu agenda y te estás preparando para posibles riesgos o reacciones negativas? ¿Necesitas definir qué cambios o soluciones alternativas promueves? ¿Deseas cambiar el discurso público y tienes claro tu mensaje, los medios y la audiencia? Estos ciclos se pueden usar como un marco para las activistas y constructoras de movimientos, tanto las emergentes como las más experimentadas. Empieza a reunir tus herramientas y guárdalas en tu caja de herramientas Nos Movilizamos.

Movilizamos poder

Movilizamos nuestro poder colectivo trata de la organización y movilización de nuestro poder colectivo con otras personas para resistir la injusticia, confrontar el statu quo, defender nuestros derechos, abordar nuestras necesidades y afirmar nuestras demandas.

  • Movilización de nuestro poder colectivo Se refiere a movilizar nuestro poder con otras para amplificar nuestras voces, tener un impacto en algún problema específico y a defender nuestros derechos, justicia, libertad y dignidad.
  • Estrategia compartida y tácticas a la medida Definir conjuntamente nuestra visión, objetivos y estrategias, de manera que podamos elegir tácticas creativas y eficaces para distintos momentos. Eso nos permite dar a conocer nuestras necesidades y demandas, aprovechar o crear oportunidades políticas, construir nuestro poder y fortalecer nuestro impacto con el tiempo.
  • Movimientos interconectados Ampliar la interconectividad de muchas organizaciones y esfuerzos ("red de redes")—culturales, sociales, políticos—para difundir la visión, los valores y la agenda que compartimos, y para inspirar acciones, arte y participación alineadas pero independientes.
  • Confrontar y cambiar el discurso público Hacer que se escuchen nuestras voces e ideas con estrategias de comunicación y conocimiento que abran brecha en el discurso público dominante, creen conciencia social, generen nuevas maneras de ver los problemas y nos preparen para influir más en el discurso y las personas con poder decisorio.
  • Riesgo, seguridad y comunidad Analizar en contexto los riesgos y las dinámicas de poder en nuestro activismo, y tejer redes de apoyo locales, regionales e incluso globales para proteger a nuestras organizaciones y a nosotras mismas como activistas.
  • Alianzas, conflictos y negociaciones Forjar acuerdos y resolver conflictos internos en nuestros grupos y alianzas; negociar relaciones con distintos tipos de actores políticos que ejercen influencia en las cuestiones que son importantes para nosotras.
  • “Si quieres ir de prisa, vete sola. Si deseas llegar lejos, actúa en conjunto”. —Proverbio africano. “Cuando las telarañas se unen, pueden amarrar a un león”. —Proverbio etíope

    Movilización de Nuestro Poder Colectivo

    La movilización de nuestro poder colectivo trata acerca de unir este poder colectivo para amplificar nuestras voces y nuestra agenda de cambio social y político, y para defender nuestros derechos, la justicia, la libertad y la dignidad. Nuestro poder radica en encontrar intereses comunes entre intereses diversos para constituir una fuerza colectiva. En Despierta nuestra conciencia y Construimos nuestro poder colectivo hablamos de crear los tipos de procesos y conversaciones profundas que unen a las personas y generan apoyo mutuo, solidaridad, reconocimiento y respeto a las diferencias. De este modo, la colaboración multiplica los talentos, conocimientos y recursos individuales para hacer más impacto. El poder colectivo, lo que llamamos “poder con”, ofrece un sentido básico de comunidad y conexión espiritual/emocional.

    La movilización de este poder tiene que ver con el desarrollo de planes, tácticas y estrategias que hacen uso de distintos tipos de conocimiento y liderazgo, y la afirmación de que nosotras mismas y otras estamos juntas en esto.  

    La promesa incumplida de la igualdad de las mujeres no puede hacerse realidad sin movilizar el poder de las voces, conocimientos y número de mujeres para ejercer una presión sostenida e influir en las políticas, las instituciones y las normas sociales. Debido a las crecientes repercusiones y violencia hoy día, la organización de las mujeres también trata sobre la utilización de su poder organizativo para la autodefensa y para la protección de activistas y sus organizaciones”. – JASS

    La misión central de JASS—la construcción y fortalecimiento del liderazgo colectivo y poder de organización de las mujeres— se basa en el hecho de que las mujeres, que son las más afectadas por las crisis políticas, económicas, ambientales y sanitarias que repercuten en todo el mundo, también se encuentran a la vanguardia del cambio en sus comunidades. Aunque con frecuencia son invisibles o descritas como víctimas en los medios de comunicación, las mujeres ofrecen soluciones y desempeñan funciones cruciales en guiar a sus comunidades en la defensa de sus derechos, en satisfacer sus necesidades, cuestionar los excesos del poder y promover cambios duraderos, muchas veces pese a correr grandes riesgos personales. Cuando las mujeres están más preparadas, dotadas de recursos y conectadas, pueden jugar un rol incluso más importante y efectivo en asegurar cambios políticos que lleven a cambios reales en las vidas de las personas. Movilizar el “poder con” a través de la organización de base es la manera en que nos aseguramos de que las personas más afectadas participen y dirijan movimientos por el cambio. 

    Los enfoques de incidencia ascendente y de construcción y fortalecimiento de movimientos desde la base no solo amplifican el alcance de las estrategias de cambio, sino que también fundamentan nuestras acciones de incidencia y de cabildeo. Las acciones populares sostenidas son esenciales para cerrar la brecha entre compromisos en torno a políticas públicas y su puesta en práctica. La experiencia ha demostrado que es clave contar con buenos datos y evidencia, medios convincentes, y propuestas de políticas concretas para lograr cambios políticos, pero sin acciones que activen y muestren la fuerza de las bases de simpatizantes—en particular las más afectadas por los problemas no resueltos—es menos probable que los agentes de poder actúen. En los últimos años, las movilizaciones masivas por el cambio climático, la corrupción, el racismo en los patrullajes policiales y las cuotas de matrícula escolar han sacado a luz cuestiones antes invisibles que ahora aparecen en primera plana y las han colocado en los primeros lugares de las agendas de políticas y las campañas electorales.

    Es tentador diseñar tácticas y acciones desde una perspectiva a corto plazo cuyo objetivo sea causar gran impacto, es decir, lo que se viralice o llegue a los principales medios noticiosos. Esto puede crear tensión entre “ganar y construir”. A veces tiene sentido pensar en términos prácticos y temporales en las campañas, pero es importante también tener en cuenta que una acción particular es parte de una estrategia a más largo plazo para crear conexiones y comunidad, y movilizar el poder colectivo.

    “Aunque las políticas son fundamentales, necesitamos ampliar nuestro concepto de ganar, de manera que ganar y construir no estén en polos opuestos. El vínculo vital entre ellos es una visión a largo plazo”.Jojo Geronimo, Haciendo que el Cambio sea una Realidad 3: Poder

    En cualquier acción o actividad específica, tenemos una variedad de funciones y oportunidades de liderazgo disponibles. Las bases pueden participar en investigación y divulgación de información para sustentar sus argumentos, o pueden participar en oportunidades de aprendizaje y liderazgo relacionadas con servicios de extensión, educación comunitaria, los medios, etc. Si estamos trabajando en un contexto hostil, es importante que las estrategias de movilización incluyan información y análisis de contexto, planes de acción urgentes, alertas a través de los medios sociales y mecanismos de autoprotección que aumenten al máximo la seguridad de todas las personas participantes a todos los niveles.  La construcción del poder colectivo depende de unir fortalezas, pero también de respetarse y cuidarse mutuamente para que éste sea sostenible y refleje el mundo que estamos construyendo.

    Herramientas para la Movilización de Nuestro Poder Colectivo

    CONVERSANDO SOBRE EL TEMA…

    Escucha a Shereen Essof, Kwangu Tembo Makhuwira, Tiwonge Gondwe, Dorica Maguba, Amina Doherty, Lisa VeneKlasen, Sibongile Singini y Daysi Flores reflexionar sobre cómo movilizar nuestro poder colectivo.

    1. Shereen: Nuestro trabajo es pasar del “yo” al “nosotras”. Se trata de pensar en cómo conectar a las mujeres entre sí, y conectarse con una estrategia feminista más amplia en el ámbito local, nacional, regional y global.
    2. Sibongile: El “poder con” tiene que ver con encontrar un piso común entre intereses y personas diferentes, a fin de construir poder colectivo para que podamos transformar el poder y avanzar en la consecución del cambio que deseamos. Esto se logra con el apoyo mutuo y la solidaridad que conecta a las personas, la colaboración entre las mujeres y el reconocimiento y respeto por nuestras diferencias. El “poder con” también puede ayudar a tender puentes entre personas distintas al reconocer abiertamente los conflictos y tratar de transformarlos para un propósito mayor.
    3. Daysi: El poder con otras es la base del poder para hacer cambios. Implica no sólo la suma de las partes o poderes individuales, sino que es construir e imaginar cosas que no se han construido, y hacer frente a situaciones a las que no habíamos podido hacer frente antes. Del poder con surge la creatividad, no como una experiencia individual, sino como una experiencia abarcadora que puede responder a las diversas realidades a las que nos enfrentamos las diversas personas. El poder con otras reconoce que no es posible generar realidades universales, sino multiversales, y que pueden generarse tantas alternativas como personas hay, pero que también se pueden generar alternativas donde confluyan el pensamiento, la visión, el anhelo y la utopía de otras.
    4. Amina: Cruzando la línea es un colectivo que marcha hacia adelante; es una estampida. Son todas las mujeres que han encontrado la fuerza para reivindicar nuestro poder.
    5. Sibongile: Cuando las mujeres se sienten seguras y sienten que tienen poder con otras y que no están solas, se abren y construyen juntas, se organizan juntas, y se transforman y cambian juntas.
    6. Kwangu: Decidimos utilizar nuestro poder colectivo para hacer algo que garantizara que las mujeres en la esfera de la autoridad tradicional pudieran acceder a su tratamiento para el VIH. Al principio, hablamos con el personal de salud, pero no querían cooperar. Entonces fuimos a ver al honorable miembro del Parlamento, quien de inmediato llamó a la persona a cargo de la clínica y exigió que la abrieran y todas las personas pudieron tener acceso a su ARV ese día.
    7. Dorica: Necesitamos saber que tenemos poder interior, que tenemos derechos. Y debemos abogar por los cambios que son buenos para nosotras. Las mujeres tienen poder interior, pero solas no podemos hacer grandes cambios. Podemos unirnos para hacer grandes logros.
    8. Tiwonge: Ahora sé que tengo poder en mi interior y también junto con otras personas, y que puedo transformar mi poder individual en un poder colectivo para impulsar cambios en mi familia, mi comunidad y mi nación.
    9. Lisa: La movilización en respuesta al asesinato de Berta Cáceres se convirtió muy rápidamente en un movimiento global de solidaridad. Tenemos una serie de demandas y principios basados en la experiencia de COPINH y los/las hondureñas en el terreno. Eso es lo que realmente hace que el movimiento ¡Berta Vive! sea tan fuerte; sigue respondiendo y está anclado en las personas más afectadas por la injusticia contra la que nos movilizamos. Sus demandas realmente moldean nuestras demandas específicas.
    10. Daysi: Cuando ocurrió el golpe en Honduras, estuvimos allí. Estuvimos en las calles, y toda la gente estaba saliendo ¡fue realmente caótico! Y luego empezamos a moldear un poco esta resistencia. En realidad, nos llamamos “Feministas en Resistencia”. Por primera vez, las feministas ocupaban un liderazgo en la primera línea. La solidaridad nos permitió ser tan visibles y fuertes como éramos, porque habíamos creado solidaridad fuera de Honduras. Y era una solidaridad visible, una solidaridad de respuesta rápida, una solidad basada en la confianza. Los otros movimientos sociales no tenían eso.
    11. Sibongile: El “poder con” es realmente importante en la construcción y el fortalecimiento de movimientos porque crea espacios seguros para el diálogo, la creación de conciencia y el desarrollo de capacidades, lo que aumenta el poder de las mujeres como ciudadanas, al igual que su capacidad de analizar el contexto con sentido crítico e idear sus propias soluciones y la manera de trabajar en éstas.
  • “Empieza el proceso de desarrollo de estrategias imaginando el instante justo antes de la victoria. Luego, comienza por el final y haz lo posible por entender los pasos que llevarán a ese momento”. —Si Kahn, activista y educador popular

    Estrategia Compartida y Tácticas a la Medida

    Estrategia compartida y tácticas a la medida trata acerca de la definición conjunta de nuestra visión, objetivos y estrategia, de manera que podamos escoger tácticas creativas y eficaces para distintos momentos. Eso nos permite dar a conocer nuestras necesidades y demandas, utilizar o crear oportunidades políticas, construir nuestro poder y hacer un impacto a lo largo del tiempo. Cuando los grupos se organizan para hacer cambios, determinan cuáles son los que desean, incluyendo una visión a más largo plazo y los objetivos interinos conexos y su estrategia— y qué creen necesario hacer para llevar a cabo esos cambios.

    Una buena estrategia se desarrolla a partir de un análisis claro del poder y conocimiento del contexto: ¿Quiénes son las personas responsables de tomar decisiones? ¿Quiénes son las figuras clave, tanto las visibles como las que están ocultas? ¿Quiénes son nuestros posibles aliados y aliadas? ¿Cuáles son las ideas y creencias en torno a estos problemas que influyen en la opinión pública? ¿Qué capacidad tiene la organización con sus aliados y aliadas en términos de base organizada y otros recursos? ¿Cuáles son las oportunidades en el momento actual? Este análisis informa una estrategia o estrategias orientadoras. Las tácticas tienen que ver con la manera como actuamos en el marco de nuestra estrategia en determinado momento y siempre cambian con el tiempo.

    Hemos descubierto que muchas veces hay confusión entre táctica y estrategia. La estrategia es el plan más amplio de cómo deseamos lograr cambios; las tácticas son las maneras específicas en que actuamos para impulsar esa estrategia en determinado momento. Las estrategias tienden a tener una vida más larga y guían nuestro trabajo durante algunos períodos. Puede ser que incluyan la construcción de una alianza fuerte entre movimientos, hagan responsables a las personas clave con poder decisorio o cambien las normas sociales o la opinión pública sobre una cuestión clave. Las tácticas son siempre cambiantes con contextos y dinámicas de poder cambiantes. En algún momento, puede ser que tenga sentido una acción o protesta directa; en otro, es posible que funcione una campaña en redes sociales que confronte la historia dominante. Incluso, en otro momento el mejor enfoque puede ser la investigación participativa que reúne datos importantes y fomenta la participación comunitaria. Y, en cierto momento, una educación política intensiva y la construcción de alianzas es la mejor forma de proceder. Tenemos que adaptar las tácticas al contexto, las oportunidades y capacidades con las que trabajamos.

    Puesto que la mayoría de los esfuerzos de organización requieren trabajar con aliados y aliadas tanto dentro como fuera del proceso de toma de decisión, una estrategia compartida aprovecha las distintas capacidades de cada una y guía sus esfuerzos al mismo objetivo.  A veces, los y las aliadas comparten tácticas y a veces difieren, y cada una desempeña una función diferente; por ejemplo, unas protestan en las calles, otras hacen incidencia en el gobierno. Si se logra un acuerdo general sobre objetivos y estrategias, estas tácticas convergentes pueden producir un fuerte impacto.

    El desarrollo de una estrategia compartida en una organización y con aliados y aliadas surge de un análisis compartido del contexto. Por lo general, las organizaciones concluyen que necesitan un proceso multifacético que defina sus objetivos de cambio y trace mapas rigurosos de la dinámica del poder que afectará la consecución de los objetivos. Es importante tener un sentido de cuáles son los objetivos a más largo plazo, cómo perseguimos estratégicamente su consecución a través del tiempo (p. ej. obtener protecciones laborales para las mujeres, poner fin a la extracción de petróleo en nuestras comunidades) y qué objetivos inmediatos y tácticas nos llevan a avanzar (p. ej. formar un sindicato de mujeres, sostener audiencias comunitarias sobre el impacto de los pozos petrolíferos en la comunidad, protestar contra políticas de gobierno o las violaciones de las corporaciones).

    Herramientas para Estrategias Compartida y Tácticas a la Medida

    CONVERSANDO SOBRE EL TEMA…

    Escucha las reflexiones de Joanne Sandler, Amina Doherty, Anna Davies-van Es, Daysi Flores, Malena de Montis, Zephanie Repollo y Patricia Ardón sobre cómo conciben estrategias generales y crean tácticas eficaces a la medida en el trabajo de organización de las mujeres.

    1. Zephanie: Cuando las personas empiezan a identificar problemas que son similares o compartidos con otras, se puede formar esa unidad entre distintos grupos. Quizá sea ira común, duelo común o algo que valoran y aman en común, y una identificación de la que puede surgir una estrategia compartida.
    2. Joanne: ¿Quiénes conocen mejor los tipos de políticas necesarias para agilizar o impedir que sucedan ciertas cosas que las personas directamente afectadas? Cuando la organización implica trabajar con las comunidades locales, las personas pueden emprender sus propios análisis de sistemas, lo que las lleva a convertirse en influyentes agentes de política al proponer políticas.
    3. Zephanie: Una estrategia compartida también puede traer consigo un contexto compartido y la comprensión de que los distintos problemas que plantea son en realidad reforzados por los mismos sistemas estructurales de opresión. Creo que esto es importante para profundizar la comprensión y cuestionar al poder en distintos niveles. Invita al diálogo para descubrir el poder subyacente, que puede remontarse a los tiempos de la colonia, y cómo se ejecuta en el presente y cómo el patriarcado refuerza las políticas y la militarización en distintas fases. Estos son puntos de partida de la unidad, y las esperanzas y sueños compartidos pueden impulsar a las personas a trabajar juntas.
    4. Anna: La campaña Nuestros Cuerpos, Nuestras Vidas ha venido realizando un análisis del poder y apoyando una estrategia basada en ese análisis del poder. Una parte tiene que ver con la evaluación del momento político y es por eso que, a veces, la estrategia interna ha sido importante para interactuar y trabajar directamente con el Ministerio de Salud. Sin embargo, puedo imaginarme otro momento en un terreno político cambiante en el que eso no sería posible o deseable para la campaña porque las demandas podrían entrar en conflicto con las prioridades políticas del Ministerio o del Gobierno más ampliamente.
    5. Malena: Hicimos un análisis de contexto, y ahí vimos que el impacto del imperialismo, las impunidades existentes, la corrupción, la violencia y todo, tenían un impacto mayoritariamente en las mujeres; pero ¿por qué enfocar nuestro trabajo en las mujeres indígenas? Porque detectamos que ellas estaban en el corazón de esta avanzada gigantesca que ya se estaba dando.
    6. Patricia: Analizamos más a fondo la situación de las mujeres que luchaban por su territorio y los recursos naturales, algo en lo que no se había pensado mucho en ese momento. Existía una brecha muy importante en algunos contextos entre feministas y mujeres indígenas y rurales en sus luchas con reivindicaciones más inmediatas, más vinculadas a las necesidades inmediatas. Entonces desde ahí nos veíamos ya como una organización que podía puentear, que podía contribuir de alguna forma a establecer puentes entre organizaciones, pero también a nivel de conocimiento.
    7. Daysi: Después del golpe de Estado de 2009 en Honduras, nosotras como feministas nos reuníamos después de cada manifestación para evaluar, porque las cosas cambiaban de un día para otro. Fueron siete meses, pero se sintieron como si fueran siete años porque todo era tan distinto y cada día era como un año de decisiones, evaluaciones y creación de estrategias, y cada día había que cambiar la estrategia.
    8. Amina: Es importante para las activistas que hagan una reflexión profunda en torno al contexto en el que trabajan, y comprendan, por ejemplo, que necesitan priorizar la seguridad y la protección. Dado el contexto de seguridad y protección, algunas estrategias como las manifestaciones públicas e incluso la publicación de cosas en las redes sociales pueden funcionar en un contexto, pero no en otros porque supondría realmente un reto.
  • “No puede haber paz sin justicia ni justicia sin derechos humanos, tampoco derechos humanos sin derechos de la mujer, ni derechos de la mujer sin movimientos feministas y de mujeres”. —Alda Facio, Costa Rica

    Movimientos Interconectados

    “No hay tal cosa como una lucha monotemática, pues no vivimos vidas monotemáticas.”Audre Lorde

    Movimientos Interconectados trata acerca de construir la interconectividad entre muchas organizaciones – que comparten visiones de cambio similares – y su trabajo por la justicia social en los ámbitos económico, cultural, político, social y ecológico. Se hace referencia a estos también como a una “gran carpa” o una organización “interseccional”. El objetivo de Movimientos Interconectados es articular nuestros diversos esfuerzos para lograr una fuerza política mucho más amplia, pero con una coordinación flexible. Esta fuerza amplifica el poder transformador de nuestra organización y movimientos, al mismo tiempo que permite la posibilidad de que muchas personas actúen, creen arte o participen con independencia.

    “La razón por la que los movimientos importan es por su capacidad de crear cambios sostenidos a niveles a los que los cambios en las políticas por sí solos no pueden llegar”.Srilatha Batliwala

    En años recientes, el cambio climático se ha vuelto una crisis reconocida globalmente. Su alcance nos obliga a reconocer qué tan interconectados están nuestros problemas específicos y lo crucial que es unir fuerzas con otras para llegar a ser una fuerza verdaderamente efectiva que impacte en los actores que tienen más poder e influencia. En vista de que las principales causas del cambio climático recaen en las fracasadas decisiones económicas y políticas que benefician solo a unas cuantas corporaciones, élites y gobiernos – y dado que los cambios en el clima afectan más a comunidades pobres y marginadas – podemos ver la importancia de articularnos y construir movimientos más amplios por el cambio.

    Debemos entender que una verdadera respuesta a los desastres significa luchar en contra de la desigualdad y construir una economía justa; que todos los que trabajan por un sistema de alimentos sanos son ya ‘guerreros del clima’. Lo mismo se puede decir de la gente que lucha por el transporte público en Brasil, la vivienda y los derechos de los inmigrantes en Estados Unidos. Hay movimientos que luchan en contra de las medidas de austeridad en Europa, la extracción en Australia, la contaminación en China e India, los delitos ambientales en África y los nefastos acuerdos comerciales que garantizan que estos males se hagan realidad en todas partes. Creo que el movimiento que necesitamos ya está en las calles, en los tribunales, en las aulas, incluso en los corredores del poder. Lo que hace falta es que nos encontremos. Todo cambiará de una manera u otra. Y por un poco más de tiempo, la naturaleza de este cambio todavía depende de nosotros.” – Naomi Klein, This Changes Everything (Esto lo cambia todo)

    El liderazgo y las luchas de las mujeres, al igual que sus agendas feministas, son centrales para un movimiento económico, político y social más amplio por el cambio. Si no hacemos una transformación fundamental de las jerarquías sociales, no lograremos hacer cambios esenciales en nuestras instituciones de explotación y control. Estas jerarquías se apoyan en los roles tradicionales, la dominación y subordinación aprendidas, y la violencia que se expresan en nuestras familias, organizaciones y sociedad en conjunto.

    Crear interconexiones va más allá de la construcción de agendas de temas transversales y alianzas entre movimientos. Implica también garantizar que líderes y lideresas comunitarias y activistas, en particular aquellas más directamente afectadas por los problemas que enfrentamos, sean primordiales para el establecimiento de la agenda y formen parte del rostro público de nuestros esfuerzos. Es necesario un análisis integral que muestre con claridad las conexiones y una estrategia compartida que asegure que la interconexión fortalezca a todos los movimientos, en lugar de dividir la atención o diluir el enfoque.

    La interconexión abarca el vínculo horizontal de movimientos y organizaciones afines, y también incluye conectarse a través de las fronteras y desde lo local a lo global, y viceversa. Una vez más, el cambio climático es un caso urgente de la necesidad de ver simultáneamente lo global y lo local, aunque hay muchos otros aspectos que tienen origen local, nacional y mundial: las crisis de educación, la violencia contra las personas activistas, la contaminación, la migración y explotación, y las violaciones laborales. Las interconexiones atraviesan temas, geografías, identidades y contextos socioculturales.

    Los movimientos se gestan por medio de muchas acciones y en muchos momentos en los que las demandas y los temas salen a relucir. Los movimientos no son monotemáticos.” – Lisa VeneKlasen

    Los movimientos se construyen y activan de distintas maneras, dependiendo del contexto, los tiempos, los puntos de convergencia y las bases sociales. A menudo empiezan con personas que están vinculadas a organizaciones o redes informales que se organizan alrededor de un tema o temas particulares; luego, atraen y propician otras alianzas con personas y organizaciones para así aumentar su influencia y alcance. En ese momento empieza la construcción deliberada de lo que a menudo se conoce como “infraestructura del movimiento”–, que es una serie de procesos, planificaciones y comunicaciones separadas, además de puntos de toma de decisión que permiten la creación de una red diversa, interconectada y descentralizada de activistas, alianzas, redes y organizaciones para definir una agenda compartida, mantenerse en contacto y movilizar acciones. A lo largo de este proceso, las personas participantes negocian regularmente las diferentes funciones que desempeñarán, las divisiones de trabajo, los enfoques, recursos, tácticas y estrategias, con el fin de transformar las dinámicas de poder y avanzar hacia un cambio social profundo.

    En la construcción y conexión de los diferentes temas y movimientos, son cruciales el respeto mutuo y la solidaridad. Además, es necesario que las personas en posición de liderazgo, las organizadoras, comunidades y bases sociales sostengan diálogos continuos.

    Nuestro trabajo con mujeres seropositivas que son activistas y luchan por medicamentos de calidad, por ejemplo, empezó con encuentros frecuentes entre mujeres participantes en redes informales. Estos procesos de construcción de grupos y definición de agendas crearon un espacio para que las mujeres pudieran realizar un análisis político y llegaran a entender las causas subyacentes de la pobreza, del VIH y de los muchos otros desafíos que enfrentan en sus vidas. Los intereses comunes que encontramos sirvieron de base para que los distintos grupos y redes que operaban en las diferentes comunidades siguieran conectados. Con el tiempo, los líderes principales se reunieron para formalizar y ampliar su red con varias otras organizaciones aliadas, lo cual sentó las bases para la formación de una red y el lanzamiento de una campaña nacional, Nuestros cuerpos, nuestras vidas: la lucha por mejores ARV (antirretrovirales). En adelante y con vistas a llevar la campaña al siguiente nivel y confrontar a algunos de los responsables de las políticas globales y los actores corporativos que afectan directamente el VIH y los medicamentos conexos, JASS y nuestros aliados y aliadas trabajaremos para que participen más instituciones con el fin de impulsar el discurso y aumentar la claridad y el poder de las demandas del movimiento.

    Otro ejemplo es el asesinato de la lideresa indígena feminista y ambientalista Berta Cáceres, que puso de manifiesto ante la opinión internacional la crisis de corrupción, la impunidad, la violencia y la militarización de Honduras. La organización de Berta, el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), junto con sus aliados en el país ha planteado exigencias claras y ha servido de sostén para un grupo descentralizado de activistas por la justicia social, organizaciones de derechos humanos, redes de pueblos indígenas, grupos ambientales y feministas. Por medio de diferentes acciones basadas en las demandas de las comunidades y organizaciones más afectadas, han logrado que inversionistas holandeses y finlandeses suspendan la financiación del proyecto hidroeléctrico al que se opuso la activista en su lucha por preservar el medio ambiente. Además, los miembros del Congreso de EE.UU. han presentado leyes para suspender la ayuda militar y de seguridad a Honduras, y que grupos de derechos humanos presionen a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para formar una comisión de expertos independientes que investigue el asesinato de Berta Cáceres. Muchas organizaciones internacionales que trabajan en diversos temas y en distintos lugares se han unido al movimiento #Justice4Berta y al hacerlo han logrado mantener el medioambiente, los derechos humanos y muchos otros temas en la agenda global.

    Herramientas para Movimientos Interconectados

    CONVERSANDO SOBRE EL TEMA…

    Escucha lo que Kunthea Chan, Lisa VeneKlasen, Patricia Ardón, Daysi Flores y Everjoice Win tienen que decir acerca de cómo la construcción y el fortalecimiento de movimientos se basa en conexiones.

    1. Kunthea: Necesitamos aprovechar nuestro poder colectivo a través de la organización para que un movimiento sea eficaz. En mi opinión, la organización no es simplemente trabajar a la par de las personas que están en la misma organización, sino más bien colaborar con mujeres de varios sectores y movimientos, y pasar por alto nuestras diferencias para encontrar intereses comunes como mujeres activistas.
    2. Everjoice: Si alguien duda del poder que tienen los MOVIMIENTOS, es suficiente con ver la atracción persistente que ejercen y las capacidades de movilización y organización que tienen el Congreso Nacional Africano (CNA) en Sudáfrica, el Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO), de la Unión Nacional Africana de Zimbabue (ZANU) o de la Organización Popular de África del Sudoeste (SWAPO) y aprender de ellos. Ya sea que uno los ame o deteste, los movimientos de liberación tocan los CORAZONES (a diferencia de las cabezas) de una cantidad sustancial de ciudadanos/as en sus países. Sus mensajes todavía repercuten y resuenan muy bien incluso más allá de sus fronteras nacionales.
    3. Lisa: Los movimientos no pueden existir sin una cultura de movimientos. No se trata de dos o tres organizaciones que trabajan juntas, son más que eso. Black Lives Matter (las Vidas Negras Importan) emergió como un movimiento a través de muchas acciones que comparten un conocimiento profundo de raza, clase y género en Estados Unidos. Aunque el enfoque inicial era el sistema de justicia penal, el Movement for Black Lives (M4BL – Movimiento por las Vidas Negras) ha crecido y ampliado sus demandas de justicia en vivienda, educación, instituciones culturales y los medios. Fundamentalmente, examina todos los aspectos de lo que significa ser una persona de color en Estados Unidos. Ahora construye un movimiento integrado por muchas organizaciones con metas en común y una visión compartida.
    4. Daysi: Una de las cosas en las que pusimos mucho énfasis fue el hecho de que nosotras las mujeres representamos la mitad del mundo y la mitad del cielo, así es que somos la mitad de todo, de todas las luchas y movimientos. El patriarcado es una cuestión transversal, es decir que el patriarcado implica abuso de poder y este ocurre paralelamente en el hogar y en el Estado.
    5. Lisa: Con toda la inversión que se ha hecho en la labor de incidencia, es fácil confundir o mezclar las coaliciones que trabajan en temas de política con los movimientos, pero no son la misma cosa. Aunque una agenda de políticas es importante, los movimientos son más que eso. Asimismo, a menudo confundimos las campañas virtuales–hashtags y consignas–con movimientos. Las primeras también son importantes para insertar nuevas ideas y planteamientos en el discurso público, pero no son movimientos. La organización de movimientos no solo abarca, sino que va más allá de la política y los medios sociales, puesto que tiene sus raíces en las comunidades y los diferentes contextos por medio de la organización y construcción de conexiones.
    6. Patricia: El poder colectivo se construye mediante el reconocimiento de las distintas colaboraciones que pueden hacer diferentes personas y grupos colectivos para incrementar la capacidad de catalizar los intereses comunes de las personas y las comunidades, comprometerse con las causas y deseos de cambio de la gente, y refinar la claridad política acerca de las fuerzas que enfrentan los movimientos, es decir, cómo funcionan, quiénes son y cuál es la dinámica de sus relaciones. Esto nos permite crear estrategias sobre la base de un análisis más amplio y profundo, y tener más claridad acerca del cambio que buscamos.
  • “Interrumpir del diálogo público implica encontrar formas creativas de cuestionar las narrativas que ignoran nuestros problemas y a nosotras y refuerzan la opresión. Es la búsqueda deliberada de perspectivas a incluir en el diálogo público”. Alexa Bradley

    Confrontar y Cambiar el Discurso Público

    Confrontar y cambiar el discurso público es hacer que se escuchen nuestras voces e ideas, y que éstas se perciban como parte legítima del discurso público. Significa cambiar el tema del que se habla, cómo se entienden los temas y de quiénes son las perspectivas que se valoran. Las estrategias de comunicación y generación de conocimientos, incluyendo el uso de herramientas creativas, medios culturales y portavoces visibles, pueden abrirse camino a través de la narrativa dominante, para crear conciencia social, invitar nuevas maneras de percibir las cosas, presentar nuestras demandas, e influenciar el debate y a las personas con poder decisorio.

    Interrumpir el discurso público forma parte vital de cualquier proceso de cambio. Los discursos dominantes impregnan el poder invisible, al moldear significados e influir en nuestro sentido de identidad. Las narrativas dominantes, al igual que todas las formas de poder invisible, determinan cómo vemos el mundo e influyen en nuestro sentido de identidad, muchas veces incluso cuando esas narrativas contradicen nuestras propias experiencias vividas y hechos verificables. No podemos cambiar los sesgos, creencias y normas que legitiman la desigualdad y exclusión sin cuestionar las narrativas dominantes.

    Todas podemos pensar en ejemplos de narrativas dominantes que refuerzan las relaciones de poder existentes y el statu quo: ‘no se ha comprobado el cambio climático’, ‘las y los activistas son agitadores e incluso terroristas’, ‘las mujeres no pueden liderar y no se puede confiar en ellas’, ‘los gobiernos no pueden prestar servicios sociales’, ‘las industrias extractivas son vitales para el desarrollo’, ‘las mujeres malas obtienen lo que merecen’ y los y las ‘inmigrantes amenazan nuestros trabajos y estilo de vida’. Aunque estas afirmaciones son falsas, los intereses poderosos se esfuerzan a fondo en promover la creencia en ellos para proteger sus privilegios.

    Si centramos nuestra atención solamente en las reformas a políticas públicas, pasamos por alto un elemento estratégico clave que podría debilitar nuestro éxito: la importancia de cambiar las suposiciones o normas sociales que validan estas políticas. La socialización, cultura e ideología perpetúan la exclusión y la desigualdad con la definición de lo que es normal y la determinación de lo que es “correcto”, “verdadero” y “aceptable”.

    Quienes controlan el discurso dominante sirven de guardias que pueden impedir que los temas e ideas importantes lleguen a la mesa de toma de decisiones. Buscan evitar que entren en las mentes y conciencias de la población, incluso en las de aquellas personas que se ven directamente afectadas por un problema en particular, y también normalizar las condiciones de pobreza, racismo, sexismo y corrupción. El poder de influir en la manera de pensar de cada persona acerca de su lugar en el mundo, sus creencias, la aceptación del orden establecido y el entendimiento de su propio valor en la sociedad es formidable. Peor aún, esta forma de ejercer el poder invisible niega muchas veces la discriminación sistemática o culpa a quienes la sufren.

    Por consiguiente, los movimientos necesitan estrategias para exponer, interrumpir y contrarrestar el poder invisible que permea la cultura social y política. Muchas organizaciones por la justicia social utilizan la investigación, la educación política, las acciones creativas y los medios sociales para desenmascarar la injusticia y presentar valores y cosmovisiones alternativas ante la opinión pública. El arte, la poesía, el teatro y la música llegan a las personas y las comunidades como no pueden hacerlo las palabras. Las estrategias organizativas fortalecen la capacidad de pensamiento crítico tanto para cuestionar las creencias que oprimen a las personas como para transforman su manera de percibirse a sí mismas y a quienes les rodean y evocar visiones de posibilidades y alternativas futuras.

    Las acciones y los mensajes de Black Lives Matter (Las vidas negras importan) son un excelente ejemplo de cómo poner en agenda pública algo que antes era invisible. Las comunidades afroamericanas han enfrentado por mucho tiempo la brutalidad policial y la vigilancia racista con exceso de la fuerza, pero la mezcla de etiquetas (“hashtags”) simples y provocadoras, las protestas comunitarias, las grabaciones con celulares de los abusos, el uso estratégico de símbolos y alianzas, junto con acciones sostenidas de organización, han profundizado la conciencia y han cambiado el discurso sobre el tema tanto en Estados Unidos como en todo el mundo.

    JASS ha trabajado con muchas aliadas y aliados durante los últimos siete años para cambiar la narrativa dominante sobre las mujeres activistas y sus necesidades, a menudo invisibilizadas o ignoradas en las discusiones sobre derechos humanos. Hemos intentado específicamente incrementar la comprensión pública de sus contribuciones de liderazgo, así como el reconocimiento de las formas concretas de violencia que enfrentan por parte de sus oponentes en respuesta a su activismo y en sus familias, comunidades y organizaciones por abandonar sus papeles tradicionales de género. Hemos apoyado redes organizadas que visibilizan las demandas de las mujeres defensoras de derechos humanos, publicado análisis y compartido entrevistas con las propias activistas. Amplificamos sus historias y apoyamos a las defensoras en su participación directa en espacios de incidencia regionales y globales para dar a conocer sus perspectivas. Ahora vemos más reconocimiento de las necesidades de las mujeres activistas y mayor apoyo a su trabajo en la ONU y círculos de donantes y ONG.

    Herramientas para Confrontar y Cambiar el Discurso Público

    CONVERSANDO SOBRE EL TEMA…

    En esta conversación Kunthea Chan, Zephanie Repollo, Patricia Ardón, Amina Doherty, Alexa Bradley y Adelaide Mazwarira conversan sobre cómo el cambio en el discurso político crea espacios para que se tomen en serio otras ideas más liberadoras y se puedan poner diferentes soluciones sobre la mesa.

    1. Amina: La creación de cambios requiere primero reconocer que las estructuras y prácticas institucionales de la sociedad son desiguales e injustas para muchas personas. Veo el arte y la expresión creativa como una manera realmente importante de establecer normas sociales, que aquí en JASS llamamos enfoque de corazones y mentes.
    2. Zephanie: En Filipinas, las mujeres defensoras de derechos humanos utilizan la creatividad en las acciones y protestas callejeras. Utilizan la música para cuestionar la conversación pública, crear conciencia en el discurso público y desafiar las prácticas y las narrativas que las marginan. La personificación, las artes, la música y la narración son herramientas poderosas para cambiar la narrativa, y las mujeres tienen mucho que ofrecer en ese sentido. Por ejemplo, las estrategias de resistencia en Tailandia y Myanmar han utilizado el saludo de Los Juegos del Hambre como un punto de referencia cultural para criticar a los regímenes militares.
    3. Kunthea: Utilizamos movimientos para cambiar a nuestra sociedad y JASS entiende que los cambios importantes en la población requieren cambiar actitudes y normas. Por ejemplo, nuestros talleres en Camboya catalizaron cambios en la manera en que estas activistas piensan acerca de sí mismas y sus estrategias, así que ahora prestan más atención a la seguridad y la protección.
    4. Patricia: Pienso que se han dado cambios que no son visibles muchas veces. Por ejemplo, hay hombres - no muchos, pero algunos – que nos acompañan en nuestras luchas y apoyan las causas de las mujeres como parte de las causas populares. Pero creo que, en general, los movimientos por la tierra y el territorio, y los movimientos de pueblos indígenas en muchas regiones del mundo y en Latinoamérica, en particular, son muy importantes no solo en la defensa de sus derechos, sino también en la propuesta de un cambio de paradigma en términos de relaciones entre los seres humanos y la naturaleza. Y esto puede afectar normas muy acentuadas en nuestras sociedades.
    5. Alexa: Es importante decir que estamos hablando de un tipo de poder, o sea, el poder invisible, el dominio de ciertas ideas, normas y creencias que son excluyentes, que se utilizan para legitimar la realidad actual. Si queremos cambiar esa realidad, tenemos que cambiar el discurso político y confrontar al poder invisible que se oculta tras este. Podemos creer que basta con decir “no” a todo lo que no nos guste o con lo que estemos en desacuerdo. Pero, a no ser que realmente reformulemos todo el discurso e introduzcamos un nuevo lente para que la gente pueda examinar lo que pasa, la intervención no es suficiente. El cambio de la narrativa política es una manera de disrumpir la negación de lo que sucede en realidad y presentar una nueva manera de ver las cosas.
    6. Adelaide Mazwarira Face
      Adelaide: La utilización del poder de la creatividad y la música y el arte son herramientas poderosas para crear conciencia entre el público en general y presentar nuevas maneras de ver las cosas, nuevas voces, distintas posibilidades.
  • Riesgo, Seguridad y Comunidad

    Riesgo, seguridad y comunidad trata del análisis de los riesgos y las dinámicas de poder de nuestro activismo en su contexto, y de tejer redes de apoyo locales, regionales e incluso globales para proteger a nuestras organizaciones y a nosotras mismas como activistas.

    La seguridad y protección de las mujeres constituyen una cuestión de suma importancia en todo nuestro trabajo. En cada región, el contexto en el que trabajamos cambia con rapidez y es violento, peligroso y volátil. Las mujeres enfrentan la violencia en sus diferentes manifestaciones: violencia de estado, reacciones negativas a su empoderamiento, pandillas y grupos del crimen organizado, escasez, pobreza, vulnerabilidad, abuso sexual, desastres naturales, fundamentalismos y el odio.

    La violencia generalizada afecta gravemente la seguridad de nuestros movimientos. Los gobiernos carecen de la capacidad y voluntad política de proteger y promover nuestros derechos. Aunque seguimos siempre con nuestras estrategias de incidencia, una parte sustancial de nuestro trabajo tiene que ver con contrarrestar la marea, y con defender la resistencia de las mujeres.     

    Para JASS, la pregunta crucial es “¿Cómo garantizamos la libertad de expresión y los derechos humanos básicos de las mujeres de cara a una mezcla letal de militarización y extremismo que cierra los espacios para el activismo de las mujeres y, en algunos casos, pone en riesgo sus vidas?” En todas las regiones donde trabajamos hemos encontrado patrones similares de opresión, corrupción, impunidad y violencia perpetrados tanto por actores estatales como no estatales. Hemos atestiguado el impacto del fundamentalismo en la estigmatización y la discriminación; hemos presenciado un aumento de la criminalización de los hombres y mujeres activistas en sus luchas por la tierra y los recursos en México, América Central e Indonesia. Hemos visto cómo las industrias extractivas acosan a las defensoras y los defensores. Hemos observado violencia de Estado en Honduras, Guatemala, Myanmar y Zimbabue; y represión contra las personas que luchan por sus derechos laborales en Camboya.      

    La escala y naturaleza impredecible de la violencia en contra de los hombres y mujeres activistas, sobre todo de estas últimas, llevó a JASS a buscar algunas socias cercanas para explorar cómo crear estrategias regionales pertinentes a la protección de las mujeres defensoras de derechos humanos. Fue así como en 2010 co-fundamos la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos. Este esfuerzo intersectorial único reúne a mujeres de muchos sectores sociales, por ejemplo, periodistas, mujeres indígenas que defienden sus territorios, sindicalistas, activistas LGBTQI, madres que piden justicia para integrantes de sus familias y otras personas. Hoy día, muchas mujeres que son lideresas comunitarias y de base se perciben por primera vez como defensoras de derechos humanos, lo que les permite desarrollar mejores estrategias y métodos de protección. Como organización cofundadora de esta iniciativa regional y de las redes nacionales en Honduras y México, JASS Mesoamérica acompaña y apoya a las mujeres defensoras de derechos humanos en situaciones de riesgo por medio de técnicas de cuidado personal, mecanismos de protección y análisis de riesgos. Por medio de estas redes, JASS promueve coordinación, solidaridad e incidencia conjunta entre activistas en los países y a través de las fronteras, con el fin de fortalecer su demanda de justicia y control comunitario en las decisiones relacionadas con el desarrollo.

    A la luz de un aumento de los niveles de violencia contra las mujeres defensoras de los derechos humanos en todos los lugares en que trabajamos, JASS ha cambiado estrategias para evaluar y prevenir integral y sistemáticamente el riesgo, tanto en términos de nuestros programas como de nuestras operaciones. Hemos sabido traducir los conocimientos adquiridos por nuestro equipo durante su trabajo en Mesoamérica en un aumento de sus habilidades, recursos y sensibilidad entre todos los equipos de JASS, así como entre las diferentes socias y bases con las que trabajamos para manejar el miedo, evitar daños y enfrentar el riesgo.

    Por ejemplo, una mayor conciencia de las represalias y la violencia que las activistas experimentan simplemente por exigir el cumplimiento de sus derechos ha llevado a las activistas en Myanmar, Camboya y Zambia a integrar estrategias de seguridad en sus programas. En Zimbabue, un país con una larga historia de inestabilidad política y autoritarismo, el activismo de las mujeres es riesgoso, por lo cual las organizaciones socias de JASS han empezado a dedicar recursos a su seguridad y bienestar; por ejemplo, organizando un taller de capacitación en protocolos de seguridad después del periodo de violencia que sobrevino al concluir las reñidas elecciones de 2013. En esta capacitación participaron organizaciones influyentes como Katswe Sistahood, el proyecto Musasa (Musasa Project), Gays y Lesbianas de Zimbabue (Gays and Lesbians of Zimbabwe), el Grupo de Acción de Mujeres (Women's Action Group) y el Centro de Derechos Sexuales (Sexual Rights Centre). Tomando esta capacitación, así como más de dos años de una intensa colaboración con JASS Sur de África como punto de partida, Katswe Sistahood adoptó la estrategia de seguridad y bienestar de JASS, llamada “Corazón-Mente-Cuerpo”, para su base de más de 800 mujeres.

    En contextos de violencia, nuestras aliadas y nuestro personal enfrentan riesgos. Tomando en cuenta esta situación, JASS ha llevado a cabo evaluaciones de riesgo y ha desarrollado planes de seguridad para que cada equipo asegure su seguridad y la capacidad permanente de trabajar en solidaridad con nuestras socias. Hemos hecho cambios organizativos, incluyendo la decisión de registrar a JASS en Mesoamérica y en el Sur de África. Habíamos evitado tomar esta medida con el objetivo de reflejar nuestro compromiso de trabajar con grupos locales y regionales, y por medio de estos, en lugar de crear instituciones formales, pero la escala de nuestras operaciones y la naturaleza de nuestro trabajo plantearon retos y riesgos que nos llevaron a registrarnos legalmente en ambas regiones. Esto proporciona mayor acceso a recursos y la posibilidad de recurrir a la vía judicial en los lugares donde trabajamos, si acaso JASS y/o nuestras organizaciones aliadas llegáramos a enfrentar riesgos sustanciales en el transcurso de nuestras labores.

    En 2015, utilizando a Mesoamérica como modelo, JASS empezó procesos de mapeo participativo en el Sur de África y el Sudeste de Asia con el propósito de entender los riesgos específicos que enfrentan las defensoras, de analizar las fuerzas contextuales y los actores detrás de dichos riesgos, y de identificar los recursos existentes y las respuestas. Esto brinda a JASS y a nuestras aliadas un panorama integral de la situación y sienta las bases para la creación de redes de seguridad y acciones urgentes.

    Herramientas para Riesgo, Seguridad y Comunidad

    CONVERSANDO SOBRE EL TEMA…

    Defensoras de DDHH en Guatemala y Zimbabue, Marusia López Cruz, Maria Mustika, y Lisa VeneKlasen exploran cómo las redes crean la protección colectiva que las activistas necesitan cuando confrontan las injusticias y enfrentan la respuesta del sistema.

    1. Lisa: ¿Cómo podemos, como JASS, proteger y sostener a las mujeres y organizaciones que se encuentran en primera línea de la construcción de una verdadera democracia, en particular de cara a la violencia que enfrentan? Lo que quieren las mujeres con las que trabajamos son redes que sean fuertes, amplias y les den un sentido de pertenencia, una fuente de poder colectivo para el cambio y protección en caso de emergencia.
    2. Amina: Es importante hacer una reflexión profunda y también establecer mecanismos de apoyo, para que si las activistas están siendo arrestadas, hostigadas o asesinadas por la policía, las comunidades tengan mecanismos para apoyar a estas activistas en términos de apoyo financiero para pagar la fianza y el acompañamiento psicosocial después de dichas experiencias con la policía y la brutalidad.
    3. Defensora de Zimbabue: Nuestro análisis nos ha enseñado que si lo que queremos es desmantelar el poder, habrá una reacción, y esas reacciones tienen la fuerza para desestabilizar y destruir… Hemos trabajado mucho para desarrollarnos como mujeres defensoras de derechos humanos y planificar la seguridad. En los espacios seguros que hemos construido juntas, reímos, lloramos, bailamos y nos enojamos, pero también desarrollamos estrategias.
    4. Marusia: La protección integral feminista es una mirada de protección de las defensoras de derechos humanos que reconoce las necesidades de género de las defensoras, que no vivimos fuera de la realidad que viven todas las mujeres, que tenemos dobles y triples jornadas, que somos discriminadas en nuestros espacios organizativos, en la calle y en nuestra vida, y que por lo tanto requerimos de medidas de protección que no solo nos saquen de la emergencia o de la situación concreta, sino que nos den el poder, los recursos y el liderazgo necesario para poder crear entornos más seguros de nuestra protección.
    5. Maria: En mi opinión, la red regional en Indonesia – sobre todo ahora debido al fundamentalismo y a la falta de cooperación gubernamental con nosotras en torno a cuestiones de derechos humanos – se está convirtiendo en nuestra red de seguridad.
    6. Marusia: El autocuidado es una manera de mirar esas necesidades y construir bienestar, de asumir que los derechos por los que estamos luchando tenemos que vivirlos también en nuestras propias vidas y no sentirnos culpables por eso. Y pensar que además movimientos donde las personas, hombres y mujeres, tengamos condiciones de bienestar, son movimientos uno, pueden hacer mejor su trabajo, y dos, que convocan a más personas que van a sentir realmente que son espacios en dónde se puede vivir una realidad distinta a la que estamos viviendo en el mundo de desgaste, de explotación, de violencia.
    7. Defensora de Guatemala: La búsqueda de la justicia luego del asesinato de mi padre, junto con mi trabajo actual como defensora de los derechos humanos, causó un colapso de mi salud física y mental. Solicité apoyo de la Iniciativa Mesoamericana para poder descansar y cuidar mi salud. El principal mensaje que me llevo de este apoyo es que mi vida sea de importancia para otras mujeres.
    8. Lisa: Las redes extensas y profundas que JASS construye y apoya hoy día sirven un doble propósito: promueven el poder de la cantidad de mujeres que se han unido alrededor de una agenda común, y brindan autodefensa y protección. La iniciativa Corazón-Mente-Cuerpo en el Sur de África trata de la necesidad de concentrarnos explícitamente en sanar los efectos de la violencia. Seguimos construyendo solidaridad entre amigas, amigos, aliadas y aliados, y continuamos siempre en la búsqueda de nuevas maneras de movilizar recursos para situaciones de emergencia, lo cual es particularmente importante en el caso de JASS Mesoamérica.
    9. Marusia: Mientras que los hombres defensores de derechos humanos que enfrentan reacciones violentas reciben a menudo apoyo de sus familias y redes, a las mujeres defensoras muchas veces se les acusa de ser “malas madres” o de poner en peligro a sus familias, lo cual aumenta su vulnerabilidad. El trabajo de la Iniciativa fortalece a estas mujeres y reduce el riesgo al que están expuestas al proporcionar un escudo de autodefensa y apoyo mutuo.
  • “Un conflicto puede plantear un peligro o una oportunidad de cambio positivo”. —Patricia Ardón

    Alianzas, Conflictos y Negociaciones

    Las alianzas, conflictos y negociaciones tratan acerca de establecer acuerdos y resolver conflictos en nuestros grupos y alianzas. Tienen que ver con negociar relaciones con diferentes organizaciones y actores políticos que ejercen influencia en la temática que nos importa.

    A menudo las coaliciones y alianzas tienen dificultades para manejar sus diferencias. A veces sus expectativas son poco realistas, como la idea de que las personas que comparten una causa común estarán de acuerdo en todo. A medida que evolucionan, los miembros de coaliciones y alianzas llegan con frecuencia a comprender la importancia no solo de encontrar puntos de acuerdo, sino también a veces de aceptar estar en desacuerdo”.  – Lisa VeneKlasen y Valerie Miller, Un nuevo tejido del poder, los pueblos y la política.

    Las alianzas fortalecen las estrategias de cambio al reunir la fuerza y los recursos de los distintos grupos para crear una voz más potente por el cambio. Ayudan a que las personas lleguen a la mesa de toma de decisiones. Sin embargo, las alianzas también pueden ser complicadas y problemáticas porque, al igual que todo lo que supone la participación de seres humanos, requieren crear confianza, sortear diferencias, establecer acuerdos y prestar atención continua a las relaciones. Entender y transformar conflictos son elementos esenciales de la construcción de alianzas entre actores diversos, sobre todo en vista de la naturaleza riesgosa de la organización política en algunas zonas. La organización representa, por su misma naturaleza, un reto para los poderes arraigados y eso provoca reacciones negativas que no solo crean riesgos, sino también generan tensiones y divisiones entre activistas. Los conflictos entre mujeres y en los movimientos son inevitables y se deben entender y plantear abierta y concienzudamente. JASS basa sus enfoques en el principio de que las disparidades de poder entre partes y personas en conflicto deben abordarse como catalizadores de una colaboración más fuerte y de alianzas más sólidas para lograr cambios positivos.

    Realmente necesitamos entender lo que significa crear confianza. Toma tiempo, es un proceso a largo plazo. No hay atajos. No hay un modelo formal que se pueda reproducir. Cada una de las organizaciones o movimientos feministas tienen profundas raíces históricas, y hay que reconocerlas.” – Atila Roque

    Crear y sostener relaciones políticas ágiles y fuertes con y entre distintos grupos, y entre mujeres, es un trabajo sensible y continuo, que tiene lugar en su mayoría lejos de la atención pública. Supone la construcción de relaciones y el fortalecimiento de la confianza, e implica con frecuencia la mediación entre distintos grupos y personas, sobre todo en aquellos casos en que los grupos y movimientos se han resentido por disputas o pugnas en torno a temas y espacios de trabajo, se han enfrentado unos contra otros, o han visto sus esfuerzos eclipsados por la labor de organizaciones no gubernamentales internacionales.

    Se debe establecer un proceso claro y asumir el compromiso de prevenir y manejar los malentendidos que provocan conflictos y divisiones para maximizar la posibilidad de éxito en una alianza. Cuando surgen conflictos hay que tratarlos de una manera constructiva. Cada país y cultura maneja los conflictos y su resolución de distintas maneras. Lo que puede funcionar para alguien en Nicaragua puede ser totalmente inaceptable para otra persona en Tailandia. En los países también hay este tipo de diferencias, las que se hacen evidentes tan pronto se juntan personas de culturas distintas. La colaboración debe basarse en intereses y principios compartidos, al mismo tiempo que se toman en cuenta las fortalezas, debilidades y el poder relativo de las integrantes.

    Algunas de las estrategias que empleamos para lidiar con conflictos entre integrantes de una alianza son las siguientes:

    • Una comunicación efectiva que ayude a resolver disputas, manejar diferencias y garantizar negociaciones de compromisos institucionales o acordados, intereses y recursos.
    • Los pactos y declaraciones de principios conjuntos para detallar los principios y las responsabilidades compartidas, y los procesos y expectativas relacionadas con las interacciones grupales. Estas ayudan a las integrantes a desarrollar sistemas que faciliten la resolución de problemas y la toma de decisiones a fin de evitar malentendidos. Sirven, asimismo, para impedir que se formen suposiciones falsas acerca de la solidaridad de grupo.

    Entender el poder de esta manera confronta la falsa dicotomía entre ‘los perversos poseedores del poder global’ y ‘los movimientos sociales virtuosos’. Las relaciones de poder desiguales están presentes también en la sociedad civil y los movimientos sociales”. – John Gaventa

    Herramientas para Alianzas, Conflictos y Negociaciones

    CONVERSANDO SOBRE EL TEMA…

    Patricia Ardón, Marusia López, Joanne Sandler y Laura Carlsen comentaron sobre algunas de las posibilidades y obstáculos para crear alianzas duraderas y lidiar con conflictos.

    1. Patricia: Para promover las transformaciones que buscamos los pueblos y particularmente las mujeres en todos los ámbitos, necesitamos fortalecer los lazos y las relaciones entre nosotras, apoyarnos mutuamente y fortalecer la confianza y la solidaridad para construir nuestro poder colectivo – un poder que busque la igualdad y el respeto entre todas las formas de vida y que nutran a la Madre Tierra y al planeta. A través de esta confianza y conexión, podemos garantizar que las necesidades y los intereses de todas estén contemplados en nuestros procesos y ayudarnos a prevenir los conflictos que siempre sufren en nuestras relaciones.
    2. Joanne: Un obstáculo es el tiempo. La democracia toma tiempo, el liderazgo toma tiempo, negociar diferencias y distintos intereses, perspectivas y conocimientos toma tiempo.
    3. Patricia: La conciencia de que estamos construidas en el patriarcado, y por lo tanto que tenemos interiorizados muchos patrones de conducta e ideas que también necesitamos transformar, ya es un enorme paso para poder abordar los conflictos de manera distinta ¿Por qué hacerlo desde una perspectiva feminista? Precisamente porque creemos en la diversidad como una riqueza, como una forma de complementar nuestros saberes, porque incluimos elementos como la ternura, y el cuidado y el apoyo entre nosotras. Eso no quiere decir que no existan diferencias. Pero podemos desarrollar la capacidad y la reflexión para poder abordar entre nosotras los obstáculos y los nudos que nos han conformado para actuar de determinada manera, desde el ámbito de lo íntimo hasta lo público. Como feministas no hacemos una separación tajante entre la vida pública de las mujeres y la vida íntima. Lo personal es político, eso está en el centro de nuestras reflexiones, y afecta la manera en que podemos actuar con otras y entre nosotras.
    4. Marusia: El conflicto es inevitable, las tensiones son inevitables, son parte de nuestra vida como organizaciones. Los conflictos pueden ser una oportunidad para identificar lo que no funciona en nuestra organización o en nuestras estrategias. Es una oportunidad para reconocer cómo las personas se ven afectadas por el trabajo, por el contexto de violencia. Y si vemos los conflictos como oportunidades, podemos abrir el espacio a fin de construir mecanismos para que los conflictos puedan contribuir a mejorar el trabajo de los movimientos, mejorar la cohesión entre personas y activistas, y construir organizaciones más fuertes.
    5. Patricia: El conflicto es parte de la diversidad. Es parte de la vida y de la dinámica de la vida. Y pienso que puede ofrecer la oportunidad de poner nuestras diferencias sobre la mesa, los problemas que estaban latentes, pero no habían surgido. Es también una oportunidad para identificar elementos en común, identificar objetivos y sueños compartidos si la manejamos bien y si trabajamos en la dinámica del poder. Es muy difícil negociar cuando hay grandes asimetrías de poder. Pienso también que es un proceso, no una acción aislada, que implica identificar las necesidades, nuestros propios intereses y los intereses de otras personas, y que intenta verdaderamente abordar preocupaciones y problemas comunes, en el entendido de que son interdependientes.
    6. Laura: Es realmente importante cultivar alianzas. Se puede tener un momento mágico de colaboración en una acción o campaña en particular, pero si no se hace el esfuerzo de darle seguimiento, esa colaboración no se convertirá en una alianza duradera que amplíe tu base y fortalezca tu movimiento.
    7. Patricia: Las alianzas duraderas son aquellas que se construyen sobre objetivos comunes de largo aliento, aunque no los tengamos tan claros en este momento, pero en los que coincidimos que podemos cambiar el mundo, cambiar la situación de injusticia y de desigualdad en que vivimos. Pero puede haber muchos tipos de alianzas, por ejemplo, alianzas puntuales en las que, aunque no coincidamos en todo tenemos una meta común de corto plazo, alianzas para desarrollar una actividad concreta donde nos podamos complementar, etc. Pero es importante que desde el inicio de cualquier alianza sea claro cuál es la fuerza de cada una, cuáles son los recursos con que contamos, y cómo se van a tomar las decisiones.