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SURESTE DE ASIA

Más de 500 lideresas jóvenes –mujeres que están fuera del ámbito de las organizaciones no gubernamentales (ONG) convencionales – han construido redes nacionales y regionales entre movimientos y a través de fronteras, que movilizan a miles de personas alrededor de una agenda de libertad de expresión. Trabajan con un mínimo de recursos y un máximo de amor y creatividad. Tienen una historia de esfuerzos invertidos a largo plazo en la construcción del poder desde adentro y luego del poder con. Ahora, gracias a su sólida experiencia en la organización de base y procesos de educación popular, están listas para generar cambios.

  • Situación Histórica

    En 2006, las crisis financieras, las agendas sociales y religiosas conservadoras, y el énfasis cada vez mayor en la seguridad militar fueron factores poderosos que afectaron los derechos básicos y los medios de vida de las mujeres en todo el Sureste de Asia (SEA). La globalización desenfrenada dirigida por las corporaciones transnacionales ha venido transformando los sistemas sociales comunales y tradicionales, y los ha reemplazado por economías más orientadas al consumo individual, lo que promovió el individualismo, aumentó la inestabilidad económica y el debilitamiento del tejido social y fomentó la resiliencia de las comunidades. La respuesta de las ONG que cuentan con bastante financiamiento – casi todas con sede en el Norte y poco o ningún conocimiento ni raíces en el sureste de Asia – fue concentrarse más en soluciones técnicas y de políticas públicas, en vez de llevar a cabo estrategias de cambio transformadoras. El trabajo de incidencia y las campañas sobre políticas se realizaron muchas veces a expensas de la organización de base y las estrategias para generar bases de apoyo social. Además, no se había invertido mucho esfuerzo en preparar a las generaciones más jóvenes para el liderazgo, lo que había dejado a las jóvenes con pocos recursos, habilidades y conexiones necesarias para generar un impacto.

  • Reto

    Organización de mujeres jóvenes – desconectadas y solas

    En 2007, JASS lanzó una iniciativa de construcción y fortalecimiento de movimientos en en Sureste de Asia dirigida por las cofundadoras y educadoras populares feministas de Indonesia, Nani Zulminarni (PEKKA) y Dina Lumbantobing (PESADA), ambas reconocidas por su trabajo pionero al vincular la organización extendida de las bases con el trabajo de incidencia en los gobiernos locales y nacionales. Nani y Dina tienen muchos años de apoyar a mujeres jóvenes, y descubrieron algunas tendencias comunes: había muy pocos movimientos de jóvenes y los que existían no reconocían el importante rol que las mujeres desempeñaban en la defensa de sus derechos. Las mujeres jóvenes carecían de apoyo.

    La organización de mujeres jóvenes se daba con frecuencia de manera aislada, con pocos nexos con las agendas políticas más amplias o con las generaciones anteriores de mujeres activistas, sus experiencias y conocimientos. Aquellas organizaciones que apoyaban el “liderazgo de mujeres jóvenes” generalmente llevaban a cabo una sesión única de capacitación con énfasis en las personas individuales, en vez de crear los tipos de liderazgo y de poder ciudadano colectivo necesarios para influir en los cambios sociales y políticos. Las mujeres jóvenes tenían muchos deseos de convertirse en agentes activas de cambio social, pero les hacía falta una conciencia política profunda, además de conexiones y habilidades organizativas para abordar sus necesidades comunes y avanzar en sus derechos.

    A partir de los análisis de Nani y Dina, JASS vio la oportunidad de fortalecer la confianza de mujeres jóvenes y de dotarlas de las habilidades necesarias para ser organizadoras más eficaces. Por lo tanto, decidimos concentrar nuestro trabajo en SEA en la construcción de capacidades de liderazgo político entre las mujeres jóvenes para cerrar la brecha con generaciones anteriores de mujeres activistas y brindar espacios de intercambio y aprendizaje.A partir de los análisis de Nani y Dina, JASS vio la oportunidad de fortalecer la confianza de mujeres jóvenes y de dotarlas de las habilidades necesarias para ser organizadoras más eficaces. Por lo tanto, decidimos concentrar nuestro trabajo en SEA en la construcción de capacidades de liderazgo político entre las mujeres jóvenes para cerrar la brecha con generaciones anteriores de mujeres activistas y brindar espacios de intercambio y aprendizaje.

    Opción

    Cultivar las capacidades de las jóvenes activistas

    En 2007, en JASS decidimos convocar a nuestro primer Taller de Construcción y Fortalecimiento de Movimientos (TCFM) con 34 mujeres jóvenes, basado en las relaciones y la trayectoria de trabajo de Nani y Dina con jóvenes activistas de base en Indonesia y Timor Oriental. Algunas de estas jóvenes habían participado en los talleres de fortalecimiento de capacidades, tutorías y acompañamiento durante el periodo de 2001 a 2005. Escogimos a activistas de Indonesia y Timor Oriental, tomando en cuenta que compartían un idioma y el legado de dolorosas divisiones históricas.

    Los TCFM de JASS son procesos participativos que revitalizan el liderazgo colectivo de las mujeres y sus capacidades compartidas para definir, dirigir e impulsar cambios sostenibles. Estos talleres ofrecen espacios seguros donde las mujeres pueden hacer un examen crítico de sus vidas y contextos. A través de la educación popular, se crean condiciones para que las mujeres activistas identifiquen las injusticias que afectan sus vidas, profundicen en sus análisis políticos y construyan confianza y solidaridad a través de las diferencias de identidad, edad, enfoque del problema, ubicación, etc., así como sus causas subyacentes. A medida que se crean relaciones personales y políticas, las mujeres empiezan a definir una agenda de cambio compartida y a desarrollar estrategias coordinadas y alianzas.

    El fortalecimiento del liderazgo y la capacidad organizativa de jóvenes lideresas activistas requería una estrategia dual que por un lado desarrollara la capacidad y confianza personal, y por el otro construyera la fuerza y organización colectiva. Debíamos identificar y trabajar con mujeres jóvenes que ya participaban activamente en la organización comunitaria, ya fuera en temas de derechos de las mujeres o en otras organizaciones de justicia social. Creíamos que, al invertir en jóvenes lideresas activistas, ellas podrían desempeñar un papel más destacado en sus organizaciones e introducir una perspectiva feminista en la organización y formulación de estrategias, como ya lo estaban haciendo. En palabras de Nani: “Si eres una activista, una persona del movimiento, no importa donde estés. JASS quiere invertir en el liderazgo de mujeres que realmente puedan construir un movimiento para el cambio en vez de fundar otras ONG. JASS desea crear un espacio en el que puedas, como persona joven, dinámica y con visión, desarrollar tu carácter, liderazgo y capacidad de contribuir al cambio”.

    Teníamos tres objetivos para este Taller de Construcción y Fortalecimiento de Movimientos en SEA: 1) ofrecer una capacitación intensiva a fin de dotar a las jóvenes de herramientas para desentrañar, entender y manejar el poder en sus vidas, así como abordar su trabajo en el terreno y mejorarlo; 2) crear un sentido de hermandad, pertenencia y solidaridad entre estas mujeres jóvenes; y 3) preparar a una cantidad determinada de mujeres para participar en un TCFM regional que incluiría a diversas mujeres jóvenes y activistas más experimentadas de otros países.

    Cambio

    Exposición inicial al feminismo: ¡Necesitamos más!

    El TCFM fue un momento emotivo de unión en un espacio inusual solo para mujeres, a fin de compartir similitudes y superar dolorosas divisiones históricas. La diversidad de las participantes enriqueció y agudizó la esencia de las discusiones, sobre todo en temas que por lo general son tabú, como personas LGBTQI, y leyes religiosas y consuetudinarias del ámbito local. Este TCFM sirvió de inspiración para muchas de las participantes, puesto que fue la primera vez que se vieron expuestas al feminismo. De hecho, generó una mayor demanda de capacitaciones en organización comunitaria, educación popular y feminismo. Surgió un interés específico por tener un diálogo intergeneracional para que las mujeres jóvenes pudieran comunicarse y crear vínculos más efectivos con las feministas más experimentadas.

    En 2007, cuando empezamos nuestro Taller de Construcción y Fortalecimiento de Movimientos (ICM) con SEA [Sureste de Asia], pensábamos que había una brecha generacional. Una generación – liderazgo de mujeres, mujeres organizadoras, movimiento de mujeres – encabezada por activistas más experimentadas. En aquel entonces desarrollamos mucho trabajo en cuanto a las cadenas de contacto y el contexto en SEA. Los cambios en el contexto y el movimiento de mujeres, el crecimiento del movimiento de mujeres, no fueron tan rápidos como el ritmo de cambio en la región. Había una brecha generacional en el movimiento de mujeres, y pensamos que JASS podía contribuir a acortarla, al igual que también la brecha entre el movimiento de mujeres rurales y urbanas y entre personas que vivían cerca del sistema gubernamental y las que estaban más alejadas. Así que la iniciativa para empezar la construcción y fortalecimiento del movimiento en la región fue para contribuir a llenar las brechas existentes.

    Lo más duro para mí fue darme cuenta de que las mujeres de otros continentes sufren casi las mismas injusticias que las mujeres de mi país (Filipinas). Esto me motivó a buscar otras maneras de forjar nexos con otros países de distintas regiones, a fin de fortalecer el impacto de nuestras activistas y tender puentes para crear distintas formas de intercambio y alianzas en el futuro. ~ Rosanna "Osang" Langara, Philippines

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  • Reto

    Superación de la brecha entre activistas jóvenes y más experimentadas

    La cuestión de las brechas generacionales ha sido un tema serio en esta región. En Indonesia, por ejemplo, existía una brecha entre feministas famosas – lideresas de ONG, mayores, urbanas y más sólidamente establecidas – y la generación emergente de organizadoras y feministas más jóvenes. Esta división causó tensiones y una fragmentación del movimiento de mujeres. Aunque las feministas mayores tenían una rica experiencia y muchos conocimientos, no estaban cultivando la capacidad de liderazgo político de la nueva generación, ni aprovechando sus conocimientos.

    JASS creía que, si lográbamos tender puentes entre mujeres con las que se manifestaban estas y otras divisiones, el resultado sería estratégicamente vital para los movimientos de mujeres de ahí en adelante. Decidimos convocar a un diálogo intergeneracional en conjunto con un taller de capacitación para jóvenes feministas del TCFM inicial. Nuestro objetivo era romper con la idea de que solo las feministas más experimentadas tenían conocimientos que compartir y que sus “conocimientos” eran los únicos legítimos, y forjar liderazgos feministas transversales y más diversos.

    Opción

    Conexión entre las mujeres a través de muchas diferencias

     

    En 2008, convocamos al primer TCFM regional en Parapat, norte de Sumatra, que tuvo una duración de cinco días y reunió a 22 activistas y organizadoras de ocho países del Sureste de Asia (Camboya, Indonesia, Filipinas, Birmania, Tailandia, Timor Oriental, Vietnam y Malasia). Se identificó a las participantes por medio de conversaciones con grupos nacionales de mujeres y redes regionales. Las participantes jóvenes y de más edad exploraron la historia de los movimientos de mujeres en la región, trazaron un mapa del entorno actual y descubrieran oportunidades para establecer conexiones a través de las fronteras y entre grupos étnicos, religiones, culturas y generaciones. Estos ejercicios dieron inicio a un proceso de aprendizaje y de acciones a más largo plazo para diversificar, fortalecer y construir conexiones entre mujeres, y avanzar en una agenda feminista por la justicia y el desarrollo durante un período de entre tres y cinco años.

    Ese mismo año facilitamos un diálogo intergeneracional para abordar la brecha entre líderes feministas nacionales de alto perfil y la generación más joven de activistas y organizadoras.

    El diálogo intergeneracional reunió a 42 feministas jóvenes y mayores que trabajaron sobre una serie de temas,  tanto desde una perspectiva de base como en el abordaje de conceptos políticos. Este diálogo fue importante, no sólo porque las mujeres jóvenes lo habían solicitado, sino también porque necesitaban adquirir confianza y habilidades para hacerse escuchar y poner de manifiesto sus conocimientos y valor en el seno de sus organizaciones, donde por lo general predominaban las feministas.

    Como punto de partida, las facilitadoras trabajaron con el grupo en la elaboración de una línea del tiempo en la pared a fin de revisar la historia y la dinámica de cada periodo histórico, con énfasis en los retos enfrentados y logros obtenidos por las mujeres activistas en cada momento. De camino al presente, las participantes detallaron y agruparon los grandes temas en los que trabajaban las mujeres, desde la violencia doméstica hasta la migración. Mujeres jóvenes y de mayor edad reflexionaron sobre la increíble amplitud del trabajo realizado, la energía invertida por las mujeres activistas, y sus esfuerzos continuos para llevar adelante una serie de agendas sobre sus derechos. Se abordaron cuestiones fundamentales en relación con la fragmentación interna y la sostenibilidad del movimiento de mujeres. Al final, todas las que se encontraban reunidas reconocieron la necesidad de superar las diferencias. Su conclusión fue que “la estrategia arcoíris de la diversidad resulta ser una fortaleza”.

    Cambio

    Análisis compartido, confianza creciente

    El resultado del TCFM regional fue una interacción dinámica de caras nuevas y perspectivas sobre cuestiones candentes como la pobreza, el trabajo, la sexualidad y la trata de personas. Utilizamos el marco de poder distintivo de JASS para que las mujeres pudieran entender de mejor manera la forma en que el poder afecta sus vidas, como un lente para “leer” e interpretar el mundo. Se utilizó un iceberg (témpano) como ilustración para que las participantes vieran cómo el poder visible (p.ej. el poder legislativo e institucional) era tan solo la “punta” visible de la dinámica del poder que impactaba sus vidas. Bajo la superficie se encontraba la dinámica del poder oculto (la influencia de actores poderosos, como las Iglesias, las empresas y las élites) y el poder invisible (prácticas y normas culturales que moldean nuestro formar de pensar y actuar).

    Las participantes también aprendieron sobre formas alternativas de poder (poder desde adentro, poder con, poder para y poder hacia) que pueden apoyarlas para .transformar la percepción de sí mismas como personas indefensas, y verse como mujeres visionarias y lideresas de cambio. Esta discusión también sirvió para descubrir retos comunes importantes que les afectaban y frente a los cuales deseaban actuar, entre ellos la sexualidad y los derechos sexuales, la migración, la violencia contra las mujeres y sus derechos en el marco de agendas más amplias de derechos humanos.

    JASS es mi hogar

    Era fundamental crear un espacio de confianza para estas mujeres jóvenes tan diversas, en particular para las mujeres LGBTQI. En una sesión nocturna más relajada, las participantes pudieron abrirse más, compartir experiencias personales, y hablar de sexo y sexualidad. ¿Cómo tiene sexo una mujer con otra? ¿La orientación sexual es una opción o algo con lo que nacemos? Estas fueron algunas de las preguntas tradicionalmente consideradas “incómodas” pero que ahora las mujeres podían explorar sin sentirse cohibidas. La apertura lograda en este espacio seguro permitió que otras mujeres aprendieran sobre los problemas que enfrentaban las mujeres LGBTQI, y afirmaron que “ser LGBTQI es normal”, como explicó María Mustika, activista LGBTQI que participó en el proceso.

    En ese momento tuve la experiencia de conducir el primer diálogo intergeneracional, pero no con FAMM sino todavía con JASS Indonesia. Invitamos a todas las grandes activistas más conocidas de Indonesia y luego creamos un espacio para realizar el diálogo. Pero no fue propiamente un diálogo sino solo la promoción de los activismos de los años anteriores, antes de que llegáramos. En ese momento se tenía un enfoque centrado en Yakarta, lo cual daba a entender que el movimiento estaba solo en Yakarta, la capital del país. Pero nosotras no estamos solo en Yakarta sino también en otras provincias, en zonas rurales. Así que el método utilizado en aquel momento del primer diálogo intergeneracional no funcionó porque no venía de nosotras, de nuestra generación. Así que con el Foro de Jóvenes Mujeres Activistas de Indonesia (FAMM) cambiamos de método. Buscamos y seleccionamos a mujeres activistas experimentadas que llevaban mucho tiempo trabajando con las bases, porque la mayoría de nosotras venimos de las bases como organizadoras. Pienso que lo que hicimos en el primer diálogo intergeneracional no funcionó.

    Aprendí que no estoy sola: tengo muchas hermanas y de repente todos sus problemas se volvieron míos y los míos se volvieron suyos. Hace poco, una activista amiga nuestra fue encarcelada porque el gobierno estaba tratando de silenciarla. Eso se convirtió en nuestra lucha, y nuestras voces unidas lograron su liberación. ~ Maria Mustika, Indonesia

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  • Reto

    La dificultad de conectar culturas y superar el dominio de las activistas feministas más experimentadas 

    Dos notables retos emergentes se hicieron evidentes en los procesos de SEA en el ámbito regional y nacional: 

    • Conexión entre culturas: La celebración de procesos regionales fue de por sí un reto, tomando en cuenta la naturaleza distinta de los países y contextos en el Sureste de Asia, desde sus historias políticas tan diversas hasta las diferencias resultantes en los movimientos de mujeres de cada país. Por ejemplo, el movimiento de mujeres en Filipinas tiene mayor nivel de desarrollo que el de Camboya, donde el legado de la opresión sufrida durante el periodo del Khmer Rouge estaba todavía fresco. El activismo y los movimientos contemporáneos de las mujeres filipinas se remontan hasta principios del siglo XX y a la lucha contra la dictadura de Ferdinand Marcos durante la década de 1980. En Camboya, a pesar de que las ONG de mujeres empezaron a desarrollarse en la década de 1990, las discusiones sobre su activismo y el feminismo apenas empiezan a tomar forma. Asimismo, cada país habla su idioma, así que era difícil profundizar sin utilizar una costosa interpretación simultánea.
    • Superación del dominio de las feministas más experimentadas: Si bien las feministas jóvenes apreciaron lo que habían aprendido del diálogo intergeneracional, sintieron en general que sus voces no fueron escuchadas, mientras que las feministas más experimentadas habían dominado las discusiones, y dieron la impresión de estar renuentes a entablar discusiones con las generaciones más jóvenes. Como dijo una participante: “Vaya, estas ‘celebridades’ solo vienen y se van. No nos quieren oír.”

    A pesar de lo anterior, el diálogo fue considerado un éxito por tres razones:

    • reunió a mujeres de diferentes generaciones que trabajan en una amplia gama de temas, desde la formulación de políticas hasta cuestiones muy concretas de trabajo con las comunidades y otros asuntos;
    • generó una comprensión compartida de la historia y las dinámicas de cada período histórico, y de los retos y éxitos de las activistas en cada uno de esos períodos, y
    • sirvió para detallar y agrupar temas y retos, algunos que han sido constantes y otros más recientes, como la violencia doméstica y la migración, lo cual contribuyó a avanzar en la formulación de una agenda feminista para Indonesia.

    Opción

    Profundización y avance hacia adelante

    A fin de mantenernos en una posición estratégica, realizamos inversiones paralelas en procesos regionales para desarrollar análisis regionales y establecer alianzas y solidaridad entre países. Cada año se llevaron a cabo talleres regionales con el mismo grupo de mujeres, entre las cuales había dos activistas de cada país que desempeñaban el papel de representantes de país, responsables de coordinar el trabajo en el plano nacional. En el proceso tomamos decisiones estratégicas debido en parte a los retos que enfrentábamos para entablar diálogos intergeneracionales y también por la necesidad manifiesta de las mujeres jóvenes de construir su “poder interior”:

    • Profundización en los procesos nacionales. Decidimos que continuaríamos construyendo solidaridad en las distintas regiones, y al mismo tiempo profundizaríamos nuestro trabajo en el ámbito nacional. Decidimos ampliar nuestras capacitaciones para activistas y procesos organizativos a otros países fuera de Indonesia y trabajar en el plano nacional en Camboya, Malasia y Filipinas para fortalecer el liderazgo y organizar sus capacidades, a fin de influir más en las políticas y los debates locales y nacionales. De ahí en adelante, las capacitaciones a mujeres de Indonesia y Timor Oriental se realizaron por separado, a fin de profundizar en el contexto y los temas específicos de cada país.
    • Cambios en los futuros diálogos intergeneracionales: El equipo de JASS SEA aprovechó la decepción causada por el primer diálogo en Indonesia como un punto de partida e invitó a las mujeres más jóvenes a definir el tipo de liderazgo y valores que querían fomentar más adelante. Los siguientes diálogos intergeneracionales fueron facilitados por las propias feministas jóvenes, lo cual nos permitiría salir del molde establecido (presentaciones de reconocidas feministas), e invitar a un intercambio verdadero e incluyente. Asimismo, decidimos invitar a organizadoras de base más experimentadas (pero no provenientes de áreas urbanas) e integradas en las bases a las que tratábamos de llegar y en las que deseábamos influir.
    • Inversión en mujeres jóvenes: Era importante asegurarnos de que el proceso y la metodología de los diálogos intergeneracionales estuvieran diseñados para garantizar una participación más sustancial de mujeres jóvenes. Era igualmente imperativo realizar esfuerzos paralelos en apoyo a mujeres jóvenes para que descubrieran y utilizaran sus propias voces y liderazgo, y fortalecieran su capacidad de cuestionar los estilos establecidos de liderazgo y las actitudes hacia las mujeres jóvenes en sus propios movimientos, organizaciones, hogares o comunidades.

    Cambio

    ¡Las mujeres jóvenes se vuelven rebeldes!

    Las jóvenes líderes fueron ganando confianza a medida que enfrentaban las injusticias que veían, e incluso tomaban la palabra en sus propias organizaciones y movimientos, donde empezaron a exigir una rendición de cuentas a mujeres mayores y con más poder que ellas. Por ejemplo, en Indonesia, nos llamaban algunas de estas activistas más experimentadas y nos decían: “¿Qué han hecho? ¡Todas estas mujeres jóvenes se han vuelto rebeldes!” Recibimos llamadas de muchas directoras para quejarse de nuestro proceso, pero mantuvimos siempre abierto el diálogo en nuestros intentos por redefinir el significado de “líder”.

    El resultado fue que más organizaciones empezaron a darse cuenta de que en realidad había mujeres jóvenes en sus filas. Los movimientos de mujeres que por mucho tiempo habían sido dominados por mujeres mayores de 40 años, ahora estaban conscientes de las más jóvenes y trabajaban con ellas. Este reconocimiento fue también un paso adelante para JASS SEA y ahora sabíamos dónde encontrar y establecer contacto con mujeres jóvenes en los distintos países en los que trabajamos. Ya no dependíamos solamente de las generaciones mayores porque ahora teníamos una base con la que podíamos contar. Algunas de las mujeres jóvenes se convirtieron en lideresas de redes o directoras de sus organizaciones, mientras que las anteriores directoras se unieron a JASS y ahora participan como recursos multigeneracionales en diálogos y procesos.

    La diversidad de nuestra región plantea otros retos. No hablamos el mismo idioma. El inglés no es nuestro primer idioma y todos los países de la región hablan diferentes idiomas y provienen de distintas culturas, así que construir este proceso con la participación de mujeres de muchos países es realmente un reto. Por eso es que el proceso inicial es lento, y estamos buscando otras maneras de hacerlo.

    La lucha contra la discriminación y la injusticia que sufren las mujeres no es solo una lucha en Timor Oriental, sino de todas las mujeres del Sureste de Asia y el resto del mundo. Eso nos motiva. Cuando enfrento retos y luchas en mi vida personal y en mi trabajo, y creo que no tengo ningún apoyo y no tengo a donde ir, pienso en que tengo a JASS. JASS es mi familia. JASS es mi hogar. ~ Yasinta Lujina, Timor Oriental

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  • Reto

    ¿Cuáles Mujeres Jóvenes?

    El diálogo intergeneracional afirmó la necesidad urgente de priorizar e invertir en mujeres jóvenes. Necesitábamos crear un espacio en el que pudieran expresarse y construir su capacidad para reclamar sus derechos, respeto y plena participación en la toma de decisiones a todos los niveles. Habíamos decidido que las mujeres jóvenes eran una prioridad, pero todavía hacía falta aclarar cuál era nuestro tema central o determinar qué estrato de mujeres jóvenes queríamos como población meta.

    Las mujeres jóvenes que trabajaban en ONG urbanas habían aprovechado ya algunas oportunidades, mientras que las mujeres jóvenes que vivían en zonas rurales o eran indígenas, pobres, lesbianas, transgénero y/o vivían con VIH eran ignoradas por las ONG. Sin embargo, eran precisamente estas mujeres las más afectadas por la injusticia. Estas mujeres jóvenes se organizaban de maneras nuevas y creativas, pero sin muchos de los recursos, habilidades y conexiones necesarias que necesitaban para tener un impacto.

    Opción

    Énfasis en mujeres jóvenes de base

    Decidimos invertir principalmente en que las mujeres jóvenes fortalecieran su liderazgo por medio de procesos de capacitación participativa, acompañamiento y creación de espacios seguros para el diálogo, a fin de construir confianza y solidaridad. Nuestro objetivo era ampliar los procesos nacionales y regionales de capacitación y organización para fomentar la participación política de mujeres jóvenes y sus contribuciones a soluciones dirigidas a combatir la desigualdad y la violencia. Además, queríamos abordar la brecha entre mujeres profesionales de zonas urbanas que son defensoras de derechos humanos y se concentran a menudo en cambios legislativos o en investigaciones académicas, y organizadoras de base que movilizan a las mujeres para lidiar con necesidades básicas.

    JASS SEA seleccionó a otro grupo de 24 jóvenes líderes y activistas provenientes de 19 provincias de indonesia, algunas de las cuales eran mujeres campesinas, pescadoras, indígenas, sindicalistas, investigadoras, alfabetizadoras o mujeres que trabajaban en apoyo a personas con VIH/SIDA y asuntos legales conexos, o que habían luchado contra la trata de personas. Los espacios seguros y los talleres se centraron en la necesidad de enfrentar el “poder invisible” (valores y creencias) que define las normas en torno a la condición, el papel y la capacidad de actuar con independencia de las mujeres, al tiempo que se descubrían posibilidades de trabajar juntas. Tres de las capacitadoras del grupo inicial en Indonesia fueron seleccionadas para profundizar en sus habilidades, al trabajar a la par de facilitadoras y tutoras experimentadas a fin de introducir el análisis del poder, la organización comunitaria, el trabajo de comunicación y el aprendizaje de expertas sobre feminismo. La idea detrás de este proceso fue desarrollar y preparar a un grupo de jóvenes líderes y activistas que luego sostendrían y multiplicarían el trabajo de organización. Asimismo, se llevó a cabo un segundo diálogo intergeneracional.

    Cambio

    Amplificación de las voces de jóvenes líderes de Indonesia y Timor del Este

    En 2009, creamos una “comunidad de escritoras” en línea para que las mujeres fortalecieran sus habilidades de comunicación. Con el tiempo, más de 25 mujeres se apuntaron para participar tanto en la comunidad de escritoras en línea como en el curso de capacitación en 2010, y el grupo floreció. Las mujeres utilizaron gestores de listas de correo electrónico o listserv y blogs para compartir y publicar ensayos personales y políticos. Las escritoras empezaron a trabajar en temas como “ser compañera o esposa” y luego abordaron la sexualidad en la cultura local, la violencia doméstica, la ley contra la pornografía, el cambio climático y la tecnología de la información para mujeres rurales. Eliminar el tabú de temas sobre sexualidad fue un acto revolucionario para muchas de las mujeres jóvenes. En esta transformación fue fundamental el uso de la escritura como una poderosa herramienta para tener voz y visibilidad.

    También hicieron uso estratégico de la comunicación en torno al Día de las Madres y al Día de San Valentín para promover la participación política de la mujer, ya que estas conmemoraciones se utilizan con frecuencia para debilitar los valores feministas al glorificar el papel de la maternidad y fortalecer la narrativa de mujeres jóvenes y sumisas.

     

    Aprovechamiento del impulso de país


    Programas nacionales lanzados en Malasia, Filipinas y Camboya

    Como el trabajo de JASS tomaba impulso en Indonesia y Timor del Este, se realizaron tres talleres nacionales de liderazgo en noviembre de 2009, en los que se utilizaron herramientas de JASS y se aprovechó la presencia de “egresadas” locales de procesos anteriores promovidos por la organización. En cada taller, JASS SEA reunió los elementos más pertinentes para responder a las necesidades del grupo particular y su contexto. Los equipos de JASS llevaron a cabo amplias consultas para garantizar la diversidad de clase social, enfoque, ubicación y origen étnico, y negociar exitosamente las viejas tensiones que todavía persisten en algunos países.

     

    Malasia: en Kuala Lumpur KOMAS, un centro de comunicación popular y socio de JASS, recibió a 42 participantes de muchos sectores y comunidades del país, incluyendo prominentes movimientos indígenas, con el lema “Empoderamiento del liderazgo de mujeres de base”.

    Filipinas: JASS reunió a mujeres de todas las edades, movimientos y afiliaciones políticas, algunas con tensiones profundas e históricas. El lema de esta reunión, que tuvo lugar en Manila, fue “Liberación de las mujeres filipinas a través de los años”. La anfitriona local, el Centro de Recursos para Mujeres, fue la principal presentadora de la iniciativa.

    Camboya: veintiocho participantes entre las edades de 25 a 30 años provenientes de 17 ONG camboyanas asistieron al taller de JASS realizado en Phnom Penh. La anfitriona fue nuestra socia local para capacitaciones, SILAKA, una organización que trabaja para fortalecer la participación política de las mujeres.

    Combinación de oportunidades para trabajar en redes regionales con experiencia en capacitaciones

    Como parte de nuestro esfuerzo por mantener una solidaridad transversal, tuvimos presente el objetivo estratégico a más largo plazo de acción e impacto regional. Por eso identificamos momentos que combinaban oportunidades para formar redes regionales con la experiencia de capacitación para las “egresadas”, es decir, de las mujeres a las que habíamos acompañado desde el año 2008.

    Utilizamos lo que significa ser mujeres jóvenes, organizadoras, minorías, grupos marginados, como nuestro sentimiento común, entendimiento común, temas y retos comunes. Intentamos influir en la manera en que se organizan. Así que no nos concentramos en temas sino en los retos para organizarnos alrededor de los temas. Así es como identificamos una base común durante las discusiones. Utilizamos el análisis del poder para ver las distintas expresiones de poder con las que tienen que lidiar las mujeres, sin importar de qué tema se trate. Los retos que enfrentan en las relaciones de poder son casi los mismos: los valores, las normas, las prácticas culturales que controlan sus vidas, lo que entendemos como poder invisible; tienen que tratar con el sistema gubernamental y sus políticas, y lidiar con todas las fuerzas informales que influyen en sus vidas.

    Al reflexionar sobre todas las experiencias que compartieron varias mujeres durante el foro, comparo sus preocupaciones y experiencias con las que tienen las mujeres filipinas. Pese a todas las aseveraciones de que la brecha de género en el país ha disminuido, las realidades experimentadas por mujeres de base indican otra cosa. Lo vemos en nuestro trabajo, aquellas de nosotras que somos parte de organizaciones de mujeres pobres de zonas urbanas, jóvenes y estudiantes: cómo es que a las mujeres agricultoras no se las ve como agricultoras sino todavía como amas de casa; cómo es que las mujeres urbanas pobres tienen que trabajar en empleos por contrato a cambio de una raquítica paga y aun así se espera que atiendan las tareas del hogar, y cómo es que las políticas neoliberales de educación han aumentado la cantidad de mujeres jóvenes fuera de la escuela. Sí, el concepto de que el lugar de una mujer está en la cocina y en el dormitorio todavía perdura en esta época moderna. ~ Mikas Matsuzawa, Filipinas

    Caja de herramientas

  • Reto

    Tensiones y dinámicas

    Al profundizar en cada uno de los países para dar respuesta a la necesidad de un enfoque feminista y de construcción y fortalecimiento de movimientos se demostró que era una estrategia exitosa, pero también develó retos en el proceso.

    Timor Oriental: aunque la capacitación y las tutorías empezaron en Indonesia y Timor Oriental, el trabajo en este último país se estancó debido a una multiplicidad de conflictos tanto personales como organizativos entre activistas en torno a diferencias de clase, brechas generacionales, la no rendición de cuentas entre el equipo de lideresas y acusaciones de que se había utilizado dinero para uso personal. Esta crisis tuvo lugar, en parte, por la falta de mujeres capacitadas que estuvieran preparadas para ocupar cargos de liderazgo. En consecuencia, se nombró muchas veces a mujeres jóvenes para cargos de dirección sin contar con el apoyo y la orientación necesarias para ayudarles a avanzar y fortalecerse.

    Filipinas: en este país existían profundas divisiones políticas que provocaban conflictos entre las activistas. A mediados de los años noventa, el movimiento de mujeres se dividió en varias facciones que se alinearon con partidos políticos de reciente creación. Había diferencias particulares con respecto a cómo resolver de mejor manera los problemas que dificultaban las vidas de las mujeres. Una facción se concentró solo en los derechos de las mujeres y espacios exclusivos para ellas, mientras que otras (sobre todo organizaciones de base) creían que no era posible separar los problemas de las mujeres de los temas más amplios y que lo correcto era incluir tanto a hombres como a mujeres.

    Malasia: luego de un taller inicial, resultó difícil avanzar en Malasia debido a que no logramos sentar las bases para que las mujeres pudieran sostener el trabajo. Las participantes malayas utilizaron algunas de las herramientas y habilidades que habían adquirido en las capacitaciones nacionales y regionales de JASS para fortalecer su trabajo y liderazgo, pero veían los derechos de las mujeres y la construcción del poder feminista como cuestiones secundarias debido a la urgencia de su trabajo en aspectos más amplios de justicia social, como el organizarse en torno al tema de los derechos de los pueblos indígenas.

    Opción

    Toma de decisiones estratégicas sobre dónde y cómo trabajar

    A la luz de estas dinámicas nos adaptamos a la necesidad de desempeñar papeles diferentes en cada país, al mismo tiempo que manteníamos las alianzas que habíamos forjado.

    Filipinas: cuando las activistas participantes empezaron a utilizar el paraguas neutral de la “Red JASS Filipinas”, nos dedicamos a tender puentes que ayudaran a construir relaciones entre mujeres con diferentes puntos de vista políticos, puesto que el movimiento de mujeres era ya muy fuerte. Las relaciones estratégicas de JASS con activistas importantes como Jojo Guan del Centro de Recursos para Mujeres, hizo posible juntar a activistas que de otra manera nunca se hubieran reunido, lo que constituye de por sí todo un éxito. Las organizaciones que conforman JASS Filipinas representan una profundidad y amplitud impresionantes en términos de redes, comunidades y temáticas.

    Timor Oriental: si bien las mujeres jóvenes tenían mucho entusiasmo y se sentían muy motivadas, el predominio de activistas más experimentadas siguió siendo un obstáculo. Debido a un aumento de conflictos y falta de confianza, decidimos no hacer un trabajo a fondo, mientras Nani y Dina optaron por trabajar con bajo perfil, brindar tutorías y apoyo a las mujeres en sus propias organizaciones, ayudar a reducir tensiones y a lidiar con ellas. Mientras tanto, seguimos ofreciendo oportunidades para construir y trabajar con redes regionales de solidaridad transversal a las activistas de otros países.

    Indonesia y Camboya: en Indonesia y Camboya veíamos que ya emergía el tipo de confianza y solidaridad esenciales para una organización eficaz. Por lo tanto, seguimos invirtiendo en la construcción de conciencia crítica y un análisis compartido en torno al poder, al mismo tiempo que diseñábamos procesos que ofrecían oportunidades a las mujeres para movilizar influencias conjuntamente.

    Malasia: en Malasia, decidimos apoyar y acompañar los procesos propios de las activistas, al compartir con ellas nuestras metodologías y conocimientos según sus solicitudes o necesidades.

    Cambio

    Espacios políticos alternativos de JASS: generación de alianzas de mujeres jóvenes y una red diversa de mujeres 

    Formación de alianzas de mujeres jóvenes

    Nuestra capacitación continua en liderazgo, acompañamiento y tutoría generó la formación de tres alianzas de mujeres jóvenes en Indonesia, Camboya y Timor Oriental.

    Red Camboyana de Empoderamiento de Mujeres Jóvenes (CYWEN por sus siglas en inglés)

    En 2010, luego de los procesos nacionales y regionales de capacitación en liderazgo, cuatro de las jóvenes mujeres activistas de Camboya formaron CYWEN a fin de abordar la poca presencia de voces y temáticas referentes a las mujeres en el debate público y los medios. CYWEN es una red de más de treinta mujeres jóvenes, entre ellas mujeres de origen rural y urbano, trabajadoras de fábricas y mujeres en empleos formales.

    Forum Aktivis Perempuan Muda (FAMM-Indonesia) o Foro de Jóvenes Mujeres Activistas de Indonesia

    FAMM se formó en 2012 como una red compuesta por 162 mujeres jóvenes indonesias de base que habían participado en los procesos de capacitación de JASS en el Sureste de Asia desde 2007. En un clima cultural cada vez más represivo, las actividades de JASS para fortalecer las capacidades de jóvenes líderes desencadenaron e influyeron en el surgimiento del activismo y la organización de mujeres jóvenes. Hoy en día, la red reúne a más de 350 mujeres organizadas y movilizadas, y es un verdadero testimonio del valor que tiene invertir años y recursos en la construcción de las bases y la confianza.

    Movementu feto foin Sae (MOFE-TL) o Movimiento de Mujeres Jóvenes de Timor Oriental

    En 2012, a pesar de los problemas en Timor Oriental, las mujeres jóvenes formaron un grupo que se dedicó a luchar en contra de toda forma de discriminación en todas las áreas de las vidas de las mujeres, a fin de lograr la igualdad y la justicia. Si bien es cierto que no trabajamos a fondo con esta red, seguimos ofreciendo apoyo por medio del acompañamiento. Esta red sigue viva y todavía participa en nuestra campaña nacional “Un Día, Una Voz.”

     

    Red diversa

    Red de JASS en Filipinas

    En Filipinas, las activistas acogieron a JASS como una intermediaria honesta, un organismo regional del Sureste de Asia que podía funcionar interna y externamente alejada de las tensiones nacionales. JASS, como organización internacional, también servía como un recurso importante de poder colectivo local y global. Las activistas filipinas definieron y adoptaron la red filipina de JASS como una plataforma alternativa que les permitía abordar y luego apartar las diferencias organizativas y políticas pasadas para poder avanzar. La red puso énfasis en un enfoque multigeneracional centrado en las mujeres jóvenes.

    Pienso que JASS ha creado muchos espacios para mantener mi participación, como el análisis del poder. Para mí no es solo una herramienta de análisis sino también para crear un espacio, ampliar mis ideas, verme a mí misma y a las demás. Me ha ayudado a saber que puedo crear este espacio para mí y mis amigas. También tenemos un grupo de estudio y descubrí que en JASS me ofrecen un espacio seguro donde me siento aceptada y puedo ser quien yo quiero.

    Las mujeres jóvenes sienten directamente el impacto de muchas políticas que tienen por objeto controlar su cuerpo, su sexualidad, sus decisiones políticas y sus condiciones económicas. Al empoderar a las jóvenes, nos aseguramos de que el movimiento no deje de avanzar en distintos aspectos, organizaciones y lugares. Tratamos de mantener su participación en el activismo social porque muchas se rinden. Las jóvenes pueden contribuir también a generar conocimientos que reflejen nuestros contextos cambiantes. ~ Niken Lestari, FAMM Indonesia

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  • Reto

    Fundamentalismo y represión en auge

    En Indonesia, debido a que los líderes musulmanes conservadores y sus agendas ejercen una influencia sustancial en las normas sociales y las políticas públicas, predominan las ideas tradicionales de “valores familiares” y lo que significa ser una “buena mujer musulmana”, lo cual refuerza los tabúes sobre sexo y sexualidad. Aquellas que trabajan por los derechos de las mujeres y las personas LGBTQI se han enfrentado a la reacción contraria de todos lados: familias, comunidades, gobiernos y poderosos clérigos musulmanes.

     

    Camboya tiene una dolorosa historia de violencia sistemática en contra de las mujeres, así como una presión cultural sobre las mujeres jóvenes para acallarlas. Desde los cambios políticos que empezaron en 2001, los esfuerzos por lograr la igualdad tomaron impulso y obtuvieron apoyo oficial, aunque la brecha entre la retórica y la realidad sigue siendo amplia. Por ejemplo, la libertad de expresión, un ingrediente crucial para que la democracia y los derechos florezcan, sigue siendo limitada. Las críticas dirigidas al gobierno a menudo provocan reacciones que incluyen encarcelamiento y hasta muertes.

    Opción

    Espacios seguros para desarrollar el liderazgo de mujeres jóvenes

    Los espacios seguros son una herramienta crucial que utiliza JASS SEA para incubar y fortalecer el liderazgo de las mujeres jóvenes. Las mujeres necesitan espacios seguros para romper el silencio, sentirse conectadas, analizar la dinámica del poder y encontrar intereses comunes a fin de construir solidaridad y trazar estrategias colectivas relacionadas con los riesgos y retos que enfrentan. Los espacios seguros constituyen las bases de la conciencia política, de nuevas estrategias organizativas, y la resiliencia que va de la mano con una fuerte solidaridad y apoyo.

    FAMM Indonesia reunió a personas LGBTQI y mujeres musulmanas, rurales e indígenas. Por medio de procesos de aprendizaje participativos y capacitaciones para activistas, FAMM ayudó a que las mujeres cambiaran de mentalidad y adquirieran seguridad en sí mismas, al igual que los conocimientos y las habilidades para cuestionar prejuicios y narrativas conservadoras en temas como el sexo y la sexualidad al educar e interactuar con sus comunidades locales. FAMM combinó el aprendizaje y las actividades de capacitación presenciales con las redes sociales para apoyar los mensajes y el activismo a través de una serie de límites, como la ubicación, el enfoque temático, las políticas partidarias y la religión. La aceptación de cuestiones relacionadas con LBTQI en este círculo creciente de mujeres predominantemente musulmanas planteaba un reto al control del fundamentalismo religioso. 

    En Camboya, donde más de un 70% de la población tiene entre 18 y 34 años, es claro que las jóvenes mujeres activistas son clave para los movimientos sociales. Hemos desempeñado un papel importante al apoyar a CYWEN en sus esfuerzos por crear y proteger espacios específicos para mujeres jóvenes en un país en el que los y las jóvenes, y las mujeres en particular, tenían un estatus social inferior.

    El objetivo de CYWEN era fortalecer las habilidades de las activistas y la capacidad de liderazgo de las mujeres jóvenes para que sus problemas fueran más visibles e importantes para las agendas de los movimientos de mujeres y otros movimientos sociales.

    Cambio

    Los movimientos feministas de mujeres jóvenes rompen esquemas

    La red de FAMM creció con rapidez para incluir a personas LGBTQI y mujeres musulmanas, trabajadoras rurales y de fábricas, indígenas y defensoras de la tierra y otros recursos. Inicialmente enfocada a proporcionar a las mujeres espacios seguros muy necesarios para el aprendizaje y el diálogo, FAMM ha evolucionado como una red para el desarrollo político de diversas activistas jóvenes, que puede impulsar acciones con otros movimientos sociales en torno a demandas clave en el ámbito local y nacional.

    CYWEN ha duplicado su membresía al reclutar a mujeres activistas jóvenes de las ONG locales y de las organizaciones de mujeres. Sus miembros siguen utilizando la red como sede política, al mismo tiempo que se desenvuelven en un contexto complejo. Como organización, CYWEN ha sido invitada a enviar representantes a diálogos entre el gobierno y las ONG, donde fungen como expertas en temas de violencia contra las mujeres, los derechos humanos y la igualdad de género, y han representado al país en reuniones regionales de la sociedad civil.

    Hoy, las mujeres jóvenes de CYWEN continúan llevando a cabo diálogos intersectoriales con diversos grupos para construir solidaridad entre diversos grupos de mujeres camboyanas. Como lo expresa Kunthea Chan, una de las principales fundadoras de CYWEN: “¿El movimiento de mujeres jóvenes de Camboya? Pues está empezando ahora, con CYWEN”.

    Pienso que es extraordinario que como mujeres jóvenes sea tan fácil encontrar la conexión. Ellas saben cómo desarrollar su propia solidaridad, así que no es correcto preguntar “¿cómo ayudaste?” porque en realidad no ayudé; ellas mismas lo hicieron y encontraron la manera de conectarse. Vi, por ejemplo, que había algunas muy fanáticas en relación al tema de la orientación sexual y cómo se acercaron; trataron de comprender, e incluso de proteger a la compañera lesbiana. No tuve tiempo de aprender la razón, pero creo que el análisis subyacente, el espacio creado, ya les ha ayudado como mujeres jóvenes a descubrir que estamos juntas y sentir que todo lo que le pasa a una, le pasa a todas. Es muy fácil unirse. Creo que quizá un factor fue que confiaban en mí y en Nani. No teníamos una agenda oculta. Hemos pasado por todos estos procesos y nos hemos sentido muy solas. Estábamos solas, Nani, yo y otra señora, y logramos una apertura. Creo que confían en nosotras y aprovecharon el tiempo para desarrollarse.

    Creo que la cultura y las tradiciones camboyanas son una forma de poder invisible que influye efectivamente en todos. Si una mujer habla contra estas tradiciones, provocará reacciones negativas de su familia, vecinos, amigos y compañeros. Hoy día, casi todos, en especial las mujeres, se muestran particularmente preocupados por su seguridad en Camboya, sobre todo si se declaran abiertamente activistas y feministas después de conocer sus derechos y empezar a reclamarlos. ~ Yit Sophorn, CYWEN

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  • Reto

    Creación de una solidaridad sostenida entre países

    Aunque realizamos capacitaciones regionales periódicas, no habíamos creado un vínculo y una solidaridad sostenida entre los países, temas, edades, identidades y grupos de base. Queríamos encontrar una manera de enfocar los retos comunes que enfrentaban las mujeres de la región pese a las enormes diferencias culturales, económicas y políticas entre los países del Sureste de Asia.

    Opción

    Creación de una campaña regional con una voz e identidad colectiva

    Para cultivar una voz e identidad colectiva, decidimos aprovechar la campaña anual existente “16 Días de Activismo Contra la Violencia de Género”. Movilizamos a las mujeres que habían participado en nuestras capacitaciones de liderazgo llevadas a cabo durante más de cuatro años y dirigidas a jóvenes, grupos de base, LBTQI, mujeres pobres e indígenas de seis países. La campaña amplificó un tema común con mensajes adaptados a cada contexto específico. Cuando cientos de mujeres participaron con entusiasmo, supimos que habíamos encontrado una manera de utilizar las redes sociales para expresarnos con una voz colectiva y adquirir visibilidad.

     

    Lanzamos posteriormente una campaña de solidaridad regional llamada “Un Día, Una Voz (ODOV por sus siglas en inglés)”, que ahora se lleva a cabo todos los años y sirve de plataforma para la organización coordinada de múltiples países. La campaña organiza actividades sincronizadas bajo el liderazgo de aliados de JASS SEA en Camboya, Indonesia, Filipinas, Malasia, Timor Oriental y Tailandia para enfocar eficazmente los temas y agendas de las mujeres en toda la región. Durante la campaña, JASS SEA y nuestras aliadas y aliados comparten memes, blogs y videos sobre temas políticos en las redes sociales y organizan debates y acciones callejeras en seis países.

    Cambio

    La campaña regional se fortalece

    El éxito de “Un Día, Una Voz” no ha dejado de aumentar. En toda la región, las jóvenes activistas han organizado a miles de mujeres para participar en diálogos, manifestaciones y marchas, un enorme testimonio de las posibilidades que tiene la organización desde el ámbito local al regional.

    En 2014, ODOV empezó a destacar la situación de las defensoras de los derechos humanos (WHRD) y la violencia estatal a través del tema “¡Justicia para todas las defensoras de los derechos humanos!”, que se enfoca en el número cada vez mayor de detenciones, casos de criminalización, cargos inventados, hostigamiento, e incluso ejecuciones de Defensoras de Derechos Humanos en la región. En 2017, ODOV se centró en el creciente autoritarismo, populismo de derecha y militarismo en el Sureste de Asia. En 2018, con el tema “Todas somos defensoras”, presentamos las estrategias de resistencia y seguridad concebidas por las activistas del Sureste de Asia ante los riesgos y amenazas crecientes que enfrentan.

    ODOV no solo moviliza a miles de mujeres – más de 16,000 en 2018 – sino que llega a otros grupos de activistas con los que no trabajamos directamente. La campaña que se lleva a cabo durante los “16 Días de Activismo”—una campaña anual ampliamente reconocida—gana estratégicamente más visibilidad, así como solidaridad de las personas que luchan por la justicia en todo el mundo.

    Un Día, Una Voz es muy importante para nosotras las mujeres en la región del Sureste de Asia, porque es una oportunidad para unir nuestras voces contra la tiranía, el militarismo, la intervención extranjera, la misoginia, el fundamentalismo, y todas las otras problemáticas que amenazan nuestros derechos humanos. Es un momento para la sororidad y un espacio para la solidaridad.

    JASS Sureste de Asia organizó la campaña “Un Día, Una Voz”. Me parece una campaña importante para hablar en conjunto por el fin de la violencia contra las mujeres y proteger sus derechos. Pero no es solo mi opinión: todos nosotros, hombres y mujeres, debemos proteger los derechos de las mujeres. Pienso que no es demasiado tarde y no debemos esperar. ¡Podemos hacerlo realidad! ¡Recordemos que todos somos defensores. ~ Monirath Prak, CYWEN

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  • Reto

    La criminalización de las defensoras de los derechos humanos de las mujeres

    Al igual que en muchas partes del mundo, las activistas del Sureste de Asia eran (y siguen siendo) cada vez más acosadas, estigmatizadas, violadas, encarceladas e incluso asesinadas por expresar su opinión; asimismo, sus organizaciones y redes enfrentaban nuevas restricciones y leyes (p. ej. La Ley de asociaciones y organizaciones no gubernamentales o LANGO en Camboya y la Ley de organizaciones de masas u ORMAS en Indonesia). Las mujeres más expuestas a riesgos eran lideresas indígenas o rurales que luchaban por defender sus tierras, sus derechos y sus territorios de las empresas multinacionales.

    Opción

    Enfrentando la reacción contra las mujeres defensoras de derechos humanos

    JASS Sureste de Asia convirtió la lucha de las defensoras de las tierras y territorios en parte fundamental de su agenda, al honrar a las valientes activistas encarceladas por medio de una serie de campañas en las redes sociales, actividades artísticas, eventos mediáticos, marchas pacíficas, diálogos, bazares, proyecciones de películas e iluminación de faroles en Camboya, Indonesia, Birmania, Tailandia, Timor Oriental y Filipinas.

    • En Filipinas nos unimos al llamado para liberar a Miradel Torres, la organizadora comunitaria de GABRIELA, y a la organizadora campesina Andrea Rosal. Y en 2018, cuando el Departamento de Justicia de Filipinas intentó criminalizar a las y los activistas de oposición y defensores de derechos humanos al acusar a 649 ciudadanos y ciudadanas de terroristas (incluyendo a la Relatora Especial de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, Victoria Tauli-Corpuz), JASS SEA emitió una declaración de preocupación y publicó un artículo de fondo, que fueron reproducidos en los medios locales e internacionales.
    • En Indonesia, FAMM se unió a docenas de organizaciones de mujeres en todo el Sureste de Asia a fin de movilizar apoyo mundial para la liberación de Eva Bande, miembro de FAMM encarcelada varias veces desde 2011 por organizar pacíficamente la oposición a la extracción de recursos y el desplazamiento de su comunidad provocado por las empresas de aceite de palma. FAMM también brindó apoyo emocional y económico a su familia.
    • En Camboya hicimos un llamado a la liberación de Kong Channtha, defensora de la tierra encarcelada por protestar contra el desalojo forzoso de una comunidad en los alrededores del lago Boeung Kak, en el centro de Phnom Penh, y acudimos a las audiencias judiciales.

    Cambio

    Movilización de las mujeres por los derechos, los recursos y la seguridad

    Después de más de una década de acompañamiento por parte de JASS, las mujeres jóvenes de FAMM y otras socias de JASS SEA se organizaron de maneras inteligentes para desarrollar su capacidad de obtener beneficios y expresar sus opiniones, como por ejemplo:

    • Una alianza más sólida y segura, con una voz más potente. FAMM pasó de ser una red que ofrecía espacios seguros y capacitación para las jóvenes activistas, a convertirse en una alianza de 350 integrantes (mujeres musulmanas, LGBTQI, rurales e indígenas) para proporcionar solidaridad política y espacios seguros, y tener una voz colectiva. Esta red surgió de los procesos de construcción y fortalecimiento del movimiento de JASS como: (1) un espacio seguro permanente de apoyo mutuo y educación política, y (2) una red de protección y solidaridad. Las activistas de FAMM utilizan estrategias creativas para contrarrestar los mensajes fundamentalistas sobre sexo, sexualidad y el papel de las mujeres.
    • La profundización en la colaboración y la capacidad: JASS SEA se asoció en fecha reciente con Hivos y cinco organizaciones locales de mujeres, FAMM incluida, para profundizar en la colaboración y el liderazgo político de las organizaciones feministas en Indonesia.
    • El establecimiento de vínculos con las bases. Las mujeres jóvenes de CYWEN en Camboya han forjado nexos de solidaridad y vínculos con activistas por el derecho a la tierra como Kong Channtha.
    • La liberación de las prisioneras políticas. Las cuatro prisioneras políticas del Sureste de Asia por las que JASS SEA, FAMM Indonesia, CYWEN y aliadas de Filipinas hicieron campaña fueron liberadas. En la víspera del Día Internacional de los Derechos Humanos (10 de diciembre) en 2014, Joko Widodo, el presidente recién electo de Indonesia perdonó a Eva Bande. A principios de 2015, Kong Channtha y otras seis activistas por el derecho a la tierra fueron liberadas. En Filipinas, las aliadas de JASS dirigieron la campaña por la libertad de la organizadora campesina Andrea Rosal, que fue liberada en septiembre de 2015 después de quedar libre de cargos penales. Miradel Torres, integrante de GABRIELA, también fue liberada en julio de 2019 cuando le fueron retirados los cargos falsos en su contra. 

    En Indonesia, debido al fundamentalismo, nuestro gobierno no coopera con nosotras, hay problemas de derechos humanos, así que la red regional se ha vuelto una red de seguridad. Al mismo tiempo nuestra red regional nos ayuda con nuevas ideas, por ejemplo sobre Eva Bande. Al inicio, yo pensaba que lo que ella necesitaba era solo litigar para sacarla de la cárcel. Pero luego descubrimos juntas como FAMM que además del litigio necesitaba cuidado personal, sentirse segura y que su familia se sintiera segura. Este fue el mejor aprendizaje que tuve.

    Esta es una fuente de fortaleza para nosotras. Nuestras luchas, los meses y años que pasamos haciendo campaña por la liberación de Eva Bande, por fin se vieron compensados. ~ Niken Lestari, FAMM

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  • Reto

    El cierre del espacio cívico en la región 

    El autoritarismo, militarismo, fundamentalismo y extractivismo creciente en la región impulsan una escalada de violencia y desestabilizan las instituciones democráticas, lo que debilita las salvaguardas de los derechos humanos y cierra el espacio cívico para el activismo y la disensión.

    La respuesta de las mujeres ha sido la movilización valiente y audaz para lograr que se escuche su voz, exigir justicia y ofrecer alternativas al statu quo ante la represión de la que son objeto en represalia por su trabajo. Esto es lo que llamamos la quinta tendencia: la resistencia de las mujeres

    Sin embargo, la resistencia exige estrategias para mantener la seguridad y para ello es fundamental que se fortalezca la solidaridad y confianza entre las activistas.

    Opción

    El fortalecimiento de redes regionales y nacionales

    El contexto cambiante de la región ha reforzado nuestra misión: el fortalecimiento del poder colectivo y la seguridad de las mujeres para que su liderazgo, sus voces, agendas y organización ocupen un lugar fundamental en las luchas por la justicia y la democracia. JASS reconoce la importancia del poder (capacidad colectiva para lograr cambios) y la seguridad (estrategias para que sea seguro luchar por el cambio), e invierte en una serie de procesos de construcción y fortalecimiento de movimientos que abarcan talleres de liderazgo en el ámbito nacional, reuniones entre movimientos y a través de fronteras, y diálogos estratégicos con defensoras de los derechos humanos, aliadas y aliados, para sentar las bases de la próxima oleada del liderazgo de activistas, relaciones de colaboración y alianzas.

    El nuevo proyecto Women’s Voice and Leadership in Indonesia (Voces y liderazgo de mujeres en Indonesia), tendrá una duración de cuatro años, y busca fortalecer la capacidad y colaboración entre cinco organizaciones y redes diversas de mujeres, desde mujeres en campus universitarios, pueblos rurales, y grupos religiosos, hasta grupos de personas lesbianas, bisexuales y transgénero, y jóvenes activistas, para fortalecer el movimiento feminista en Indonesia a fin de que pueda oponerse al conservadurismo represivo y a la exclusión política. 

    En Camboya, JASS utiliza estrategias que pasan desapercibidas y educación política para apoyar el activismo de las trabajadoras de fábricas textiles dentro del sector laboral. 

    En Birmania, JASS reúne a mujeres del sector formal e informal—trabajadoras de fábricas textiles, productoras agrícolas y defensoras indígenas del derecho a la tierra—para desarrollar un análisis político compartido como base de la colaboración.

    En el ámbito regional, JASS SEA organizó una reunión para tratar la defensa de los derechos en contextos hostiles, Defending Rights in Hostile Contexts, como parte de una serie de reuniones impulsadas en distintas regiones del mundo,  relacionadas con el tema y destinadas a replantear la protección de los derechos humanos desde una perspectiva de movimiento. La idea es hacer posible que las activistas de base entablen conversaciones directas con donantes y ONG, a fin de profundizar nuestra interpretación colectiva de las dinámicas cambiantes del poder, que han incrementado la violencia, los ataques contra los y las defensoras y las restricciones a la sociedad civil. Asimismo, estas reuniones hacen posible explorar mejores maneras de alinear los esfuerzos regionales y globales con lo que hacen los movimientos sociales y las comunidades locales para incorporar la protección a sus formas de trabajar.

    Cambio

    SEMILLAS SEMBRADAS, LISTAS PARA CRECER

    Después de trece años de establecer conexiones profundas con más de 500 mujeres activistas y de crear vínculos con redes nacionales y regionales, JASS del Sureste de Asia ha ayudado a sentar las bases para una nueva generación de mujeres jóvenes activistas y la construcción y fortalecimiento de movimientos feministas. Nuestro trabajo en la región está centrado actualmente en:

    • estar en contacto con la realidad y trabajar con mujeres jóvenes fuera del ámbito de las ONG convencionales;
    • desempeñar el papel de “puente” al reunir a mujeres de distinto origen y diferentes movimientos y agendas;
    • ofrecer apoyo a las activistas a través de espacios seguros que propician el cuidado mutuo, el aprendizaje y la confianza.
    • ofrecer nuestro marco de poder, herramientas de análisis y espacios, una contribución vital en momentos en que los contextos cambiantes en el mundo exigen estrategias mejores y reconfiguradas, y
    • dotar a las mujeres de las habilidades y herramientas que necesitan para ser organizadoras eficaces y constructoras de alianzas.

    JASS espera contribuir así al trabajo de organización de las mujeres en torno a cuestiones relacionadas con los recursos, la tierra, la salud, los derechos de género y la justicia económica. JASS busca ayudar a que las mujeres cuestionen las narrativas y prácticas conservadoras, fortalezcan sus voces, y aumenten su visibilidad e influencia en espacios estratégicos tanto locales como globales. JASS tiene por objeto construir y visibilizar con nuestras aliadas y socias las exigencias compartidas de “lo que desean las mujeres”, y que se reconozca su potencial individual y colectivo para impulsar agendas y soluciones alternativas. Por último, JASS espera haber construido y fortalecido redes entre movimientos y a través de fronteras para apoyar el trabajo organizativo de mujeres en contextos restrictivos.

    En esta nueva fase de trabajo, enfocaremos nuestro impacto en fortalecer el trabajo a nivel de país. Esto incluye educación y acompañamiento político para profundizar el análisis, la práctica y la estrategia compartida. Esta será el ancla de nuestro trabajo regional, tanto en el apoyo a los movimientos, como en ser un recurso para la construcción y fortalecimiento feminista de movimientos y para la protección colectiva comunitaria. Veremos el surgimiento de lideresas feministas jóvenes con una colaboración y estrategia de organización entre sectores y fronteras más fortalecida. El incremento del conservadurismo y de fuertes regímenes autoritarios, en colusión con corporaciones e instituciones religiosas, criminalizan a las mujeres defensoras de derechos humanos y a activistas LBT que se encuentran en la primera línea. Es el contexto que nuestra región continúa navegando. Esto presenta un reto y una oportunidad. El reto es cómo construir estrategias que naveguen el riesgo de manera efectiva, al mismo tiempo que aborden y apoyen las necesidades organizativas en las comunidades efectivamente. El momento también crea oportunidades para trabajar más allá de nuestras redes usuales. Nos permite expandir la profundidad y amplitud de lo que podemos lograr si trabajamos juntas.

    Hace un tiempo me vi como una semilla y crecí con FAMM. Crecemos juntas y nos convertimos en un árbol con raíces fuertes. El árbol produce otra semilla y se convierte en otro árbol…. Siempre estamos en crecimiento y nos convertimos en árboles que producen más semillas. ~ Pipi Supeni, integrante de FAMM

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  • La tradición Khmer dicta que las mujeres deben simplemente quedarse en casa. A menudo se les desalienta para que no estudien ni participen en acciones sociales y actividades políticas. A lo largo de la historia se ha discriminado a las mujeres, tan así que ellas mismas suelen pensar que lo único que deben saber hacer bien es cocinar arroz. Mi pasión es hacer ver a estas mujeres que sí deben participar en la política, superarse en lo que sea que hacen, tener confianza en sí mismas y coraje, y reclamar el lugar que merecen en la sociedad... aunque tengan que ir a parar a la cárcel para demostrarlo. ~ Kong Chantha, Camboya

    En 2007, cuando empezamos nuestro Taller de Construcción y Fortalecimiento de Movimientos con SEA [Sureste de Asia], pensábamos que había una brecha generacional. Una generación – liderazgo de mujeres, mujeres organizadoras, movimiento de mujeres – encabezada por activistas más experimentadas. En aquel entonces desarrollamos mucho trabajo en cuanto a las cadenas de contacto y el contexto en SEA. Los cambios en el contexto y el movimiento de mujeres, el crecimiento del movimiento de mujeres, no fueron tan rápidos como el ritmo de cambio en la región. Había una brecha generacional en el movimiento de mujeres, y pensamos que JASS podía contribuir a acortarla, al igual que también la brecha entre el movimiento de mujeres rurales y urbanas y entre personas que vivían cerca del sistema gubernamental y las que estaban más alejadas. Así que la iniciativa para empezar la construcción y fortalecimiento del movimiento en la región fue para contribuir a llenar las brechas existentes.

    Soy una joven defensora de los derechos de las mujeres. Sí, puedo parecerles una novata a algunas personas, pero para mis adentros sé que no soy menos capaz de luchar por la igualdad de género. Yo sé que no estoy sola, que hay otras como yo, mujeres jóvenes que son el relevo generacional y siguen en esta lucha… 'Nunca ha habido ni nunca habrá verdadera libertad mientras no exista libertad para las mujeres.' ~ Mikas Matsuzawa, Filipinas

    Creo que el momento difícil es cuando se intenta integrar a personas con perspectivas y de movimientos diferentes para encontrar un tema común que podamos trabajar juntas. Es tan difícil encontrar estos temas en común en el ámbito regional y nacional, sobre todo en el contexto de Camboya. No hay que estar unidas en todo, pero sí estar en la misma onda y fijar el mismo objetivo que se quiere lograr. Ese fue para mí el gran reto.

    Si eres activista, una persona dinámica, no importa dónde estés. JASS quiere invertir en el liderazgo de mujeres que realmente puedan construir un movimiento para realizar cambios, en vez de fundar una ONG o una red. JASS quiere crear un espacio en el que tú, una persona joven, enérgica y con visión pueda construir su carácter, su liderazgo y su capacidad de contribuir al cambio. ~ Nani Zulminarni, PEKKA, Indonesia

    Pienso que es extraordinario que como mujeres jóvenes sea tan fácil encontrar la conexión. Ellas saben cómo desarrollar su propia solidaridad, así que no es correcto preguntar “¿cómo ayudaste?” porque en realidad no ayudé; ellas mismas lo hicieron y encontraron la manera de conectarse. Vi, por ejemplo, que había algunas muy fanáticas en relación al tema de la orientación sexual y cómo se acercaron; trataron de comprender, e incluso de proteger a la compañera lesbiana. No tuve tiempo de aprender la razón, pero creo que el análisis subyacente, el espacio creado, ya les ha ayudado como mujeres jóvenes a descubrir que estamos juntas y sentir que todo lo que le pasa a una, le pasa a todas. Es muy fácil unirse. Creo que quizá un factor fue que confiaban en mí y en Nani. No teníamos una agenda oculta. Hemos pasado por todos estos procesos y nos hemos sentido muy solas. Estábamos solas, Nani, yo y otra señora, y logramos una apertura. Creo que confían en nosotras y aprovecharon el tiempo para desarrollarse.

    En Camboya, el feminismo y la construcción y fortalecimiento de movimientos son nuevos. En la cultura camboyana trazan una línea para la mujer, que indica que no puede hacer nada para lograr lo que desea ni hacer lo que quiera. Así que esta es la razón por la que deseo ver que estas mujeres jóvenes entiendan realmente, piensen de manera innovadora y sean las personas que quieren ser. Pero también que sean verdaderos recursos para la sociedad, que puedan dirigir el cambio en Camboya para que sea un país mejor, una sociedad mejor, de tal forma que las mujeres y los hombres sean iguales, y que ambos sean parte del cambio político también. ~ Kunthea Chan, JASS SEA, Camboya

    La construcción y fortalecimiento de movimientos no es algo instantáneo. Tomará algún tiempo, quizá mucho, y tendrá muchas dimensiones. No es lineal, nos podemos acercar a la meta pero luego se genera una reacción. No hay que rendirse y nunca cansarse del proceso. No se trata de un empleo, sino de nuestras vidas, esa es la lucha. No creo que algún día vaya a cesar. Mientras exista desigualdad y discriminación contra las mujeres, y relaciones de poder desiguales, tenemos que seguir luchando.

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